Hace dos años, viernes 12 marzo 2021
Por increíble que parezca, esta historia comienza en la consulta del dentista.
Llevo muchos años (más de 20) acudiendo al mismo dentista. Me cambie después de los dolores provocados por uno (hace 30 años) y los continuos largos retrasos de otro en la sala de espera (hace 25). El actual, además de hacerlo bien y haber cierta confianza, está al lado de la editorial, a apenas un minuto.
El caso es que el otro día, esperando a que hiciera efecto la anestesia de un empaste, y hablando con la doctora (Beatriz), pasamos del tema niños/tablets/lo poco que leen, a lo que leía ella de joven: las aventuras de Esther. Y como uno no puede parar de pensar incluso a minutos vista de que trasteen entre sus dientes, se me pasó por la cabeza el pensar en el estado en que deberían de estar los derechos de esta serie.
Tras comentarlo con Jaume (Vaquer) y decirme que ese tema ya se lo había comentado yo un año atrás (aunque no recuerdo nada al respecto, malmemoriado que soy), le insté a que hablará con Carlos Portela, guionista de las nuevas aventuras de Esther, para ver cómo estaba el tema.
Tras varias llamadas y hablar yo mismo con Portela, resulta que, como sospechaba, Esther estaba soltera y sin compromiso, libre de derechos para negociar con Paco Ortega, el hijo de Purita.
Han sido tres semanas de negociaciones, muy fáciles porque ha resultado sencillo hablar con Paco, aunque ha habido mucho de qué negociar. Tanto es lo que confío en esta serie que hasta que no nos ha llegado el contrato firmado este miércoles he preferido no hacerme ilusiones y darle muchas vueltas al tema.
Y es que creo que las posibilidades son enormes, a nivel de publicar las aventuras todavía inéditas, las nuevas aventuras, algún posible spin-off, etc.
La semana que viene más.
Nota histórica: Increíble que ya hayan pasado dos años. Estamos ahora a todo tren preparando la futura boda de Esther, fruto de todo aquello.
Anteriormente, en el blog del editor:
Aprovechando este tricentenario del blog del editor, aprovechamos estas entradas para recuperar a modo de cápsula del tiempo algunas entradas similares de años más remotos. La distancia y la nostalgia de tiempos lejanos, supuestamente mejores, hoy nos lleva a 2020, 2019 y 2010.
Es curioso cómo ha cambiado el panorama global una semana. Lo acabo de comprobar y hace siete días ni siquiera mencioné la palabra Coronavirus en la entrada del blog correspondiente.
En cambio, hoy viernes no se habla de otra cosa. Lo que parecía una cosa lejana que estaba sucediendo en China de repente ha llegado. Las cosas se han precipitado en cuestión de horas. Espero que dentro de dos años no sea más que un mal recuerdo, porque desde luego las cosas pintan negras en muchos aspectos.
Mañana comienza el cierre completo de parques, colegios, cines, restaurantes… y parece que será solo el comienzo, porque el Gobierno parece ir dando bandazos sin tener muy claro qué hacer. En lo que se refiere a la economía la cosa va camino del desastre, aunque confío que con esfuerzo saldremos. Veremos en cambio qué pasa con la salud de la gente y cómo evoluciona esto.
Confiemos en que estas medidas tan drásticas sirvan para que esto acabe cuanto antes y con el menor número de afectados posibles.
A día de hoy, librerías como Akira o Gigamesh han anunciado el cierre temporal de sus locales, y las que permanecen abiertas lo hacen con poca gente acudiendo a comprar. Amazon y Netflix se están poniendo las botas.
Se han cancelado todas las citas importantes relacionadas con libros y cómics. Eso incluye la Feria del Libro de Madrid (pospuesta hasta octubre), Bolonia, etc. De momento, el Saló de Barcelona ha anunciado que siguen como siempre, aunque por para responsabilidad laboral y social –en caso de celebrarse‑ no acudiríamos. Imagino que se lo replantearán y decidirán posponer.
Veremos cómo sigue esto, porque la incertidumbre global es enorme y hay muchos nervios, con la gente como loca comprando artículos como los rollos de papel higiénico.
Qué tiempos tan extraños nos está tocando vivir.
Estamos a plena marcha con los preparativos del Salón del Comic, al que algún iluminado ha cambiado el nombre este año después de 36 ediciones. Puede que mi conservadurismo y gusto por las tradiciones me impida verlo con la perspectiva necesaria, pero creo que era una marca importante como para deshacerse de esta manera de ello.
Este año, por primera vez, no compartimos stand con NADIE, por lo que podremos organizarnos completamente por nuestra cuenta.
Ha llegado el Aprende a dibujar cabezones de Enrique Vegas y ha quedado muy bien, confío en que ayude a relanzar más la línea y se venda bien de salida.
Entre los planes de futuro a corto plazo está la novela de Rafa Marín sobre Magallanes, cuya portada he visto hoy. Es magnífica y creo que puede funcionar muy bien; entre otras cosas coincide con el aniversario de los 500 años de la primera vuelta al mundo. Una novela perfecta para nuestra línea histórica.
Estamos a mediados de mes y a estas alturas ya debería de haber devoluciones masivas o no a las buenas ventas del mes pasado. Y no ha sido así, en total, los cuatro títulos han vendido alrededor de 700 copias juntos, lo cual es todo un éxito.
Tengo ganas de ver la portada del ‘Quijote Z’. Me dice Colucci que pasado mañana la tendrá, y que le está gustando mucho el enfoque y cómo le está quedando.
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