El Capitán Trueno: El gran héroe del tebeo

Estoy deseando se publique para comprarlo. Gracias

Esperemos que se nos informe sobre la fecha exacta de salida y donde poder adquirirlo.Nos hace ilusión recibir novedades de calidad de nuestro héroe y que tengan continuación.Gracias,que continuen iniciativas tan interesantes como ésta.

La verdad es que no se qué tienes contra el autor, pero el libro tiene una pinta magnífica. Yo tengo las dos versiones anteriores y he comprado este y desde luego hay bastante más material. De 154 y 176 páginas de las versiones anteriores a 384 páginas de este libro. La edición del libro es espectacular y el precio (30 €) personalmente me parece correcto para un libro con este número de páginas y tapa dura.
Espero que se venda lo suficientemente bien para que no aparezca en los mercadillos

Sr. Enrique:

Creo que se equivoca usted cuando alude a que lo mejor de mi libro «El Capitán Trueno: el gran héroe del tebeo» «es siempre el apéndice de su ayudante Fernández». Es decir, que se refiere al trabajo de catalogación de las distintas colecciones aparecidas del personaje y que figura al final del libro como una de sus grandes bazas.

Debo decirle al respecto que el Sr. Fernández no es mi ayudante. Es algo mejor… Es un amigo de hace media vida al que aprecio porque es una buena persona y con el que periódicamente intercambio información y dialogo, personal o telefónicamente, sobre tebeos porque es un gran entendido en el medio.

El trabajo de catalogación de lo aparecido sobre el personaje en sus treinta y cinco primeros años de vida lo realicé en 1989 para incluirlo como apéndice de la primera edición del libro sobre el que se habla en el primer enlaces que usted adjunta en su comentario. Todo lo que se había hecho anteriormente al respecto era muy sintético, sin embargo, yo hizo una catalogación que, supongo, fue adecuada.

Diez años después de publicada, el Sr. Fernández me pidió mi autorización para usarla como base de su magnífico «Catálogo para el coleccionista del Capitán Trueno» y por supuesto que accedí encantado a ello y hasta estuve muy honrado por tal deferencia.

Poco después, cuando se iba a hacer la segunda edición de mi libro, por motivos que no vienen al caso, me fue imposible actualizar el listado y le pedí permiso al Sr. Fernández para utilizar el fruto de sus investigaciones referidas a los últimos diez años de apariciones del personaje. Lógicamente, esta generosidad debía ser compensada y, por ello, su nombre figuró junto al mío como co-autor de aquel apéndice.

Debo decirle que para la base de datos sobre las distintas colecciones aparecidas en el libro «El Capitán Trueno: el gran héroe del tebeo», de muy reciente publicación y al que usted tilda de caro, el trabajo es de nuevo mío, pero como ocurre tantas veces en el campo de la investigación, no lo es del todo. Los individuos que intentamos ser sabios, sin conseguirlo, claro, sabemos siquiera que nuestro conocimiento es siempre limitado y, por ello, con humildad, pedimos ayuda al Sr. Fernández, al Sr. Díaz, al Sr. Arnáez y a muchos otros que han tenido a bien compartir conmigo los datos que yo no tenía. Por eso, en mi libro, estas personas tienen un lugar destacado en una de sus primeras páginas, porque yo, ni en investigación ni en cualquier otro orden de cosas, me he quedado nunca con nada de nadie.

Es más, como siempre se ha sido generoso para conmigo, así correspondo con los demás, por lo que, ya hace meses que puse a disposición del Sr. Fernández esta base de datos informatizada realizada por mí y completada parcialmente por varias personas para que la use como le venga en gana, porque de ello saldrá otra nueva mucho más amplia que pondrá el análisis de los cómics en un nivel muy alto y con la que, a saber si tendré que usarla como base para un posible trabajo que ahora mismo ni contemplo.

Con respecto a que mi libro le parezca caro, no tengo nada que decirle. Es su opinión y como tal es respetable. Por ello, para adquirirlo, ya que no quiere pagar lo que vale, le sugiero que escoja la opción que apunta: esperar a que llegue a los mercadillos.

Cordialmente.

José Antonio Ortega Anguiano

Ardo en deseos de tener este libro en mis manos. Fui a pedirlo a mi librero habitual y se me quedó mirando como si le hubiera pedido una roca lunar o una edelweiss de las montañas alpinas. Le facilité el ISBN, a ver si este fin de semana puedo cumplir mi deseo. Felicidades Don José Antonio.

Gracias por su felicitación, Sr. Lesejo. Espero que el libro no le haya decepcionado.

Ya le he escrito a su correo, Sr. Moreno. Disculpe que no lo haya hecho antes, pero no he visto su deseo de comunicar conmigo hasta esta noche.

Saludos cordiales a ambos.

José Antonio Ortega

Amigo Eduardo:

Le agradezco encarecidamente sus felicitaciones y me alegro que el libro haya colmado en algo sus expectativas con respecto al personaje.
Tiene razón en que se han producido evidentes errores de los listados, que no son tales porque en el momento de la elaboración del libro se hicieron de manera correcta, sino un descuadre de las columnas que debió ocurrir en el último momento de la maquetación, una vez que se había revisado muy concienzudamente todo el contenido. De todas formas, como autor, se me debe de imputar a mí este despiste.
Por supuesto que si hubiese una reedición de la obra se corregiría estos pequeños defectos.
En cuanto a la cantidad de ejemplares adjudicada a ciertas colecciones que usted ha advertido que no son correctas, efectivamente, como se trata de hacer un recuento lo más exhaustivo posible de los tebeos editados por Bruguera de manera global a lo largo de su existencia, se ha añadido a cada una el número de extras publicados, si es que los hubo.
Con respecto a los especiales aparecidos del personaje, como bien dice, durante un par de años de los primeros sesenta se publicaron extras de verano y almanaques tanto para los cuadernos como para la revista.

Quedo a su disposición.

Reciba un cordial saludo.

José Antonio Ortega

Muchas gracias por la respuesta, Sr. Ortega, y de nuevo mis felicitaciones por el libro, que estoy terminando de leer con fruición durante estas vacaciones de Semana Santa. Se lo dice un cordobés como usted, y prácticamente de su misma edad, que pasó muchas horas de su niñez esperando en el quiosco de Gran Capitán (el nombre le cuadra) a que apareciera el nº de turno de los últimos cuadernillos apaisados y del Extra, y cambiando o comprando números de segunda mano en los tenderetes de la puerta de Gallegos.
Es verdad lo que dice de algunas editoriales, lo que prima es el dinero y el negocio antes que hacer un producto digno. La prueba la tiene en la falta de respeto al lector cada vez que se remontaba, se recortaba o se censuraba una aventura, y lo hacían pasar por ediciones completas.
Trueno debe se el personaje más manoseado de la historia del cómic, no patrio, sino mundial; el material original es realmente relativamente
escaso (se basa fundamentalmente en los 618 cuadernillos, los 427 números del Extra y los especiales de vacaciones y navidad), y a partir de ahí ¡cuántas aberraciones! Lo fácil que habría sido elegir a un buen dibujante, continuar con la autoría de los guiones de Mora, ser fiel al espíritu del personaje, reconocer los derechos de autor (y pagarlos), y hacer algunas concesiones progresivas al público joven (el color, sin ir más lejos), sin pasarse, claro. Ahí tiene el ejemplo de Príncipe Valiente, que se sigue editando desde 1937, sin Foster, pero con una gran unidad de guión y dibujo.
De niño nunca tuve completa la colección de apaisados, y los préstamos y las mudanzas acabaron con ella, y lo mismo pasó con el Extra. Mis dos aspiraciones se colmaron con el tiempo: de los cuadernillos me hice con la edición facsímil aparecida de 6 en 6 en los noventa, y del Extra -después de intentar coleccionarla en papel-, dado el deterioro de los originales que conseguí (¡y a qué precio!), al final la poseo digitalmente completa gracias a Internet, aunque los números que más estimo son los de Fuentes Man, que junto con Ambrós y Pardo son mis dibujantes favoritos (los primeros planos de los rostros de Fuentes Man son una delicia, ¡qué expresividad!).
Ya de adolescente coleccioné Trueno Color, pero me desilusionaron los retoques, esa manía de hacer cuadernos autoconclusivos que obligaban a la supresión y remontaje de viñetas, y la horrible rotulación mecánica, y los golpes de la censura suprimiendo armas y añadiendo los consabidos «¡Ay! Me han herido» cuando era evidente que los individuos estaban bien muertos, y aquel famoso cáliz cambiado por una corona en el Álbum Gigante , o aquella terrible escena en la que Trueno clava su espada desnuda en el pecho de Kung (quizá la viñeta más terrible de toda la historia del personaje), uno de los pretendientes de la princesa Sigrid en la isla de Erik, sustituida luego por un golpe inocente con el plano de la espada.
Comprendo su enfado con algunas editoriales, pero consuélese pensando que son ellas las causantes de la muerte del personaje, y no el público ni los dibujantes, que siguen ahí, expectantes. A fuerza de degradar al personaje (y de ganar dinero), lo han diluido en la nada, han matado la gallina de los huevos de oro, que con otro tratamiento habría puesto muchos más. En el pecado llevan la penitencia. ¡Hay tan pocas editoriales con planteamientos artísticos! Y eso que el cómic es el Noveno Arte…
En fin, señor Ortega, mucha suerte en su andadura futura. Deja usted a su espalda al menos a un lector (ahora metido en el mundillo del cómic franco-belga) muy feliz, ya que la vida, como alguien dijo, es un largo camino hacia la infancia, y todo lo que nos hace reencontrarnos con ella tiene que ser por fuerza bienvenido, para que el círculo se cierre correctamente (y no me refiero al «Círculo de la muerte», uno de mis títulos favoritos de los cuadernillos, con uno de los pocos «malos» que repitieron aparición, el conde Kraffa).
Mis felicitaciones también a Editorial Dolmen por esta obra tan cuidada, que además de lectura amena se convertirá en libro de consulta obligado.

Un muy afectuoso saludo.

Eduardo.