Por lo demás, todo estaba perfecto en la Feria Libro. Rocio y Laura se han hecho cargo de todo y el stand luce genial. Lo dicho, así da gusto. Ha habido cena con Ricardo de Dibbuks y luego hemos quedado con Marion, su segunda; ha ido todo muy bien, Marion un poco sería, pero sólo en las apariencias. Nos lo hemos pasado bien, aunque bebido un “poco demasiado”. Cómo es la noche madrileña.

He visto a Ricardo de Rigorma y me ha puesto las cosas fáciles para lo que podría haber sido. Me he disculpado como tocaba y hemos dejado la comida para otro momento, creo que hasta arreglar el asunto es mejor no mezclar las cosas. Espero realmente cumplir el lunes, aunque con los bancos uno ya no sabe a qué atenerse. La verdad es que hemos estado hablando durante media hora y me ha caído francamente bien.

La Feria del Libro es acojonante. Me sabe mal no haber venido antes a verla ya que es algo brutal, a nivel mundial dudo que haya otra cosa igual. Dice mucho de Madrid tener un evento así, por donde pasan 1.600.000 personas cada año y hay unas 400 casetas donde únicamente se venden libros. Y el entorno, el Parque del Retiro, ideal, bucólico, tranquilo. Un lujo.