Por un lado, hemos volado con El Libro de Sarah. Quedaban muchas cosas que hacer y a todas ellas se les ha dado el empujón final esta semana: anuncios en revistas, booktrailers, preview de 32 páginas… Son mil cosas que hacer y poco tiempo, y encima el miércoles me fui hacia Frankfurt, a la Feria del Libro.
Sí, después de cuatro años de asuencia, he regresado. ¡Y cómo lo echaba de menos! Este año, la feria se caracterizaba por la ausencia del inmenso pabellón 8, donde estaba los países anglosajones, alojados esta vez en el 6.0 a 6.3 La crisis no ha perdonado y hay muchos menos expositores (para que la gente se haga a la idea, el pabellón 8 por sí era tan grande como todo el Salón del Comic de Barcelona junto).
Reencuentro con viejos conocidos, citas principalmente con los franceses por temas de la línea Fuera Borda, y por primera vez, fiestas sociales al final del día una vez cerrada la feria, como la que tuvo lugar en el Instituto Cervantes. Todo ello gracias a la gente del IBE (Toni Planas, Pep Ramón Cerdà y sobre todo la todoterreno Marta Ferré). Ha sido una feria distinta gracias a ellos, ya que normalmente era todo muy solitario y triste.
En general ha ido bien, y encima he visto que un viejo amigo de los USA, Terry de NBM, tiene los derechos de unos tebeos que me interesaban mucho, con lo que puede que intente publicarlos en España.
Otra cosa importante ha sido que nos han concedido un crédito de 20.000 euros que nos permitirá hacer frente a todos los gastos de este mes, sin él, hubiera estado la cosa complicada.
Foto: La fiesta en el Cervantes