Teníamos que afrontar un pagaré de 11.000 euros y por circunstancias varias no teníamos el dinero (por razones mil, no podemos descontar lo facturado el mes pasado; problemas con la línea de descuento de pagarés) y simplemente disponíamos de un pagaré que hemos sometido en el BBVA y que la última vez llevó una semana cobrar. Ya me dijo Silvia, la directorta de mi oficina, que la siguiente vez llevaría menos tiempo, pero ¿cuánto menos? Misterio.

No confiaba mucho en tenerlo hoy, por lo que las esperanzas eran pequeñas, y menos cuando el sobre con el pagaré ha llegado a las 11’30 (tenían hasta las 12’00, pero suelen entregar a las 10’00) ha habido una cola de una hora para hablar con la directora y se nos ha echado el tiempo encima.

Para colmo de males, a las 13’35 ha sonado el teléfono. Era del BBVA, y aunque yo creía que llamaban para darnos la milagrosa noticia de que teníamos el dinero en cuenta, lo hacían para decirnos que había que sellar los pagarés. Dario ha ido a hacerlo ya que yo ya estaba cansado de estar en el banco perdiendo el tiempo.

(mañana más…)