Tenía miedo de dos cosas, de quedarme sin cosas de qué hablar en las dos horas que duraba la charla y perderme con el coche en el viaje de Málaga a San Roque, que no en vano, uno es de isla.

Lo primero solucionado ya que de los 50 puntos que llevaba preparados para hablar (dos minutos por punto tenía previsto), al final llegué al quinto, por lo que podría haber seguido hablando durante horas (el tema era génesis y gestación de un proyecto de comic). Pacheco (Carlos) ayudó mucho orientando la charla cada vez que veía que podía reconducirla por lugares más adecuados.

Fue un placer, por cierto, poder cenar con Carlos, Desiree y de paso conocer mejor a Teresa Valero, una artista como la copa de un pino con quien había coincidido alguna vez en el pasado.

Ah, el viaje en coche, lo otro que me preocupaba, fue incluso mejor. Eso sí, impacta ir a 140 km/h (que no digo que fuese, por si acaso lee esto quien no debe) ¡y que te adelanten por ambos lados de la autopista! En la Península conducen como locos.