Hace dos años, viernes 29 mayo 2020
Por fin hemos acabado el Dolmen 300 y lo hemos podido mandar a imprenta. Fue el lunes, y este viernes nos ha llamado un transportista que quería entregar unos palets en nuestro distribuidor. No me ha sabido decir qué era, pero de ser el Dolmen, han volado.
Estoy muy contento porque finalmente han podido participar David Hernando, Julián Clemente, David Ramírez, Jaume Vaquer, Pedro Angosto… la vieja guardia. Y yo, que soy un nostálgico, estoy de lo más feliz.
Por otro lado, hemos ido a visitar varias oficinas con el fin de comprarlas. Creo que esta vez será la definitiva y las acabaremos comprando a poco que todo vaya mínimamente bien. Fue una apuesta personal que surgió medio en broma al inicio de la pandemia: de esta saldremos con oficinas nuevas, dije. La idea era animar un poco a la gente, pero al final puede que se cumpla. Veremos, para ello tendrían que aceptar el alquiler con derecho a compra y acceder el banco a la hipoteca. Sea como sea, me gusta cumplir mis promesas, de modo que espero poder hacer lo propio con esta. Es un riesgo y será complicado, pero haré todo lo que esté en mi mano.
De todas formas, lo más importante esta semana ha sido organizar un plan de pagos para las imprentas y cuadrar el tema de la liquidez de este año. Y creo que las cosas encajan, aunque habrá que ir con cuidado para poder cumplir con todo el mundo. Hemos pasado unos cuantos meses complicados retrasando muchos pagos, y eso es algo que siempre resulta de lo más desagradable.
A ver cómo evolucionan las cosas y esto acaba pronto. De momento, parece que con la próxima llegada del verano las cosas mejorarán en lo que a la pandemia se refiere.
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