Pues bien, la depresión o ha venido por el hecho de que por primera vez en 15 años no haya logrado ninguna nueva , sino por el haber descubierto que al menos diez de ellas han cerrado. Números de teléfono que ya no existen, llamadas que no son cogidas, un ‘no, esto ya no es tal librería, cerraron’. El panorama es desde luego desolador y da miedo. Y las que te lo cogían era para decirte que la cosa iba mal o peor.
Me sabe mal porque los libreros de algunas de las que han cerrado eran conocidos de hacía tiempo y tenía una buena relación con ellos, y sé de la ilusión puesta en cada uno de esos negocios, las ganas con que se abren, el interés por hacerlo mejor… y luego llega la crisis (en muchos casos) y a tomar viento. Putos bancos.
Por lo demás, el tema de las publicidades es algo de hacer día a día, no cada 5-6 meses como ahora, soy consciente de ello, y se le debería de dedicar más tiempo. Pero no hoy, pocas ganas me han ido quedando.