Me alegra que haya tocado hoy la entrada que hay más abajo (casualidades de la vida y el azaroso y juguetón destino), una bronca telefónica con el señor Aleu en toda regla, para que así en cierto modo sirva de homenaje a ese hombre en su lucha por la vida. Realmente esperamos todos desde Dolmen por su pronta recuperación. Por cierto, que en el blog de Navarro me ha gustado mucho la definición que ‘JC’ ha hecho de él y que copio a continuación: “Un tipo brillante; y desconfiado. Lúcido: con la mirada en eterna vigilancia, eso sí”.

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Hoy he tenido una llamada bastante desagradable de Aleix Aleu, mi impresor, con el que tengo una relación de hace más de diez años. Al parecer ha habido algún malentendido con alguna de las obras que querían sacar de Taniguchi ya que nuestro editor de manga ha pujado por algunas de las obras del tipo ése. Llevo un cabreo. Por un lado no tenía ni idea de lo de Taniguchi, pero por el otro no entiendo porqué demonios me llama la persona que me imprime para decirme que porqué nos interesamos (y repito, no tenía ni idea de ello) por una obra del tipo ése.

Le he dicho que hable con Miguel y que se aclaren ellos, que bastante tenía yo con intentar pagarle las facturas a fin de mes como para estar en follones de esos. Y todo eso mientras estaba mirando una exposición de la hostia en Avilés. Si es que no te pueden dejar en paz ni un momento.