El dibujante sería Frank Cirocco, acompañado ocasionalmente por colegas como Chris Warner o Whilce Portaccio, encargándose Terry Austin de entintar y dar un tono homogéneo al conjunto.
La serie contaba la vida de los soldados de la Legión de la Unión Galáctica, considerados prescindibles y utilizados en las misiones más peligrosas y menos importantes. Compuesta en su mayoría por convictos, hay algunos que no lo son y que han ingresado por motivos personales. Está quien ingresa para ser merecedor de la herencia de su padre (Torie Montroc), el asesino profesional al borde de la psicopatía (Jugger Grimrod), o el que quiere estar a la altura de lo que sus padres esperan de él (Sarigar). Sus vidas se desarrollaban por derroteros personales, al margen de las conspiraciones o las intrigas de la guerra en que están inmersos.
La intención de Potts era buena, pero su trabajo pecaba de bisoño al incluir excesivos datos e informaciones sobre el universo en que se movían los personajes, en vez de dejar que el lector lo fuera descubriendo a medida que avanzaba. Y como era el editor del título, nadie le chistaba, mucho menos el pobre Alan Zelenetz que hacía lo que le mandaban. A pesar de esto, los personajes de esa legión extranjera alienígena parecieron encontrar un público fiel que siguió sus aventuras a través de dos series y numerosas miniseries.
La primera serie duró veinte números y se cerró en 1987 como quien cierra una etapa, casi coincidiendo con la venta de Marvel a una compañía de cosméticos y el posterior ascenso de Potts al puesto de Archie Goodwin al dimitir éste. Para dirigir el destino de la niña de sus ojos, entregó los bártulos al guionista Chuck Dixon. Dieciocho números después, en 1990, se cerraría para resurgir anualmente en forma de tres miniseries, y un especial que sería su canto del cisne en 1993.
Cualquiera que leyera la primera miniserie, publicada aquí por cortesía de Ediciones Forum, se daría cuenta enseguida de que la premisa era atractiva, los personajes también, y el trasfondo estaba lleno de posibilidades. Desgraciada mente, Frank Cirocco no era el dibujante ideal para dotar al material del adecuado aire fantástico y extraterrestre que requería la serie, y no pasó de hacer un tebeo Marvel con ambientación exótica. Por otro lado, Carl Potts tenía ideas, pero no así su guionista y el resultado era más que discutible.
Todo lo cual tendría su solución en la segunda colección, que ahora ve la luz en España en tres tomos. En ella, como decíamos, el guión correría a cargo Chuck Dixon, profesional competente y fiable que luego sería conocido por las series Aves de Presa y Robin, ambas para DC Comics, capaz de contar buenas historias de aventuras y de aprovechar como nadie el entorno exótico en que se mueven sus personajes. Sus guiones son concisos y van al grano, centrándose en los personajes, consiguiendo unas historias amenas y entretenidas con las que pasar un buen rato.
El remate al trabajo de Dixon lo ofrece el dibujante Larry Stroman (luego conocido por dibujar X-Factor para Marvel y The Tribe para Image), lo más alejado a un dibujante Marvel que podía encontrarse entonces y claro precursor de la escuela Image con sus viñetas grandes, sus primeros planos extremos y su peculiar forma de contar. También es un excelente dibujante (cosa que, salvo excepciones, no puede decirse de la mayoría de Image), un hábil diseñador de personajes y compone sus páginas de forma desconcertante, mostrando siempre un gran derroche de imaginación ideal para el tono de la serie. En su aparición, estos números supusieron una agradable sorpresa estética para el aficionado. Stroman parecía divertirse inventando e improvisando imágenes sobre la marcha, creando ambientes y máquinas con un minimalismo formal sorprendentemente efectivo.
En todo, y con todo, el Alien Legion de Dixon y Stroman fue en el momento de su salida una lectura muy agradable en entregas mensuales, casi refrescante en medio de la monotonía que parecía imperar en el comic-book mensual pese a las innovaciones que Alan Moore y Frank Miller habían traído al medio.
Ya sólo queda saber si el título aguanta el paso de los años y sigue siendo hoy día tan disfrutable como lo fue entonces. Comprobémoslo juntos. Yo voy a por mi ejemplar. ¿Y ustedes?
ISBN: 9 788496 121447
SKU: ALILEG1
Fecha de publicación: Octubre de 2006
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