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Alan Moore es, casi por unaminidad, el mejor guionista de cómics de las últimas tres décadas y hoy ya nadie duda de que su trayectoria es una de las más interesantes e influyentes del mundo de la viñeta. Se ha ganado a pulso su título y el reconocimiento general de público y crítica por ser uno de esos genios visionarios capaces de ver más allá y mejor que el resto de sus contemporáneos. Un personaje, excéntrico y en ocasiones polémico, que no tuvo complejos para escribir historias con personajes hiperhormonados y encorsetados en disfraces ridículos como son los superhéroes sabiendo dejar a un lado los tópicos establecidos del género para elevar su mitología y sus aventuras al rango de literatura de culto con obras tan representativas como Miracleman, La Liga de los Caballeros Extraordinarios, La Broma Asesina y, sobre todo, su obra más aplaudida, Watchmen. Pero, más allá de los superhéroes, Alan Moore corroboró que el cómic era una plataforma perfecta para la expresión artística en la que se podían tratar todo tipo de temas creando durante su carrera obras de primer nivel en diversos y variados géneros que van desde la parodia, en sus inicios con The Bojeffries Saga o las más referenciales de los últimos años Tomorrow Stories o Top Ten de la línea America’s Best Comics, a la ciencia ficción, con V de Vendetta o sus relatos cortos para 2000 A.D., al tratado histórico cercano a la literatura de terror gótica, a falta de una mejor definición para una obra tan exhaustiva y completa como From Hell, o incluso el cómic erótico que, junto a su esposa Melinda Gebbie, exploró en Lost Girls.
Durante este tiempo mucho se ha dicho y escrito sobre el guionista inglés, al que su nombre se ha asociado siempre con unas cotas de calidad poco accesibles para otros guionistas y artistas, con estudios y aproximaciones a su trabajo bastante interesantes y certeras. A pesar de ello pocas de ellas han sabido analizar la figura del propio creador y el verdadero porqué de su éxito. Y muchas menos han sido traducidas o publicadas en nuestro idioma siendo ahora cuando el mercado ha comenzado a interesarse en la teoría del medio como certifican publicaciones como Del Tebeo al Manga, la colección en doce tomos de Panini sobre la historia del cómic coordinada por Antoni Guiral, o la reciente La Novela Gráfica de Santiago García acompañadas de obras más divulgativas y atípicas como La Física de los Superhéroes del profesor e investigador James Kakalios. En cuanto a nuestro reverenciado guionista hace poco se llenó un hueco en nuestras librerias con el monográfico Alan Moore: La Autopsia del Héroe del profesor, crítico y guionista Juan José Vargas, publicado por Dolmen Editorial en su colección Pretextos, y que se ha vendido como el estudio más completo sobre la obra del mago de Northampton. El libro en cuestión, con una extraordinaria ilustración en su contraportada y solapas donde se incluyen los personajes más emblemáticos de las historias de Alan Moore, contiene un prólogo del director, actor y guionista de cine Nacho Vigalondo donde nos cuenta su experiencia personal cuando en su juventud, como aficionado a los cómics, se acercó a La Cosa del Pantano que en su momento le pareció «una molestia inesperada» y un «desperdicio» carente de acción y como a la larga se acabó convirtiendo en un incondicional de la narrativa del guionista inglés.
Después del simpático prólogo de Nacho Vigalondo encontramos una introducción del mismo Juan José Vargas, titulada De Asesinatos y Autopsias, que supone toda una declaración de intenciones y de esfuerzo para intentar ponernos en antecedentes. Dicho esto, Alan Moore: La Autopsia del Héroe, se centra en el análisis de la obra del autor con algunos breves retazos biográficos para situarnos o, en algunos casos concretos, para hacernos entender el porqué de algunas de las elecciones sobre sus proyectos como los que tienen que ver con su etapa independiente en su editorial Mad Love o su trabajo en V de Vendetta junto a David Lloyd que se vieron en ambos casos definidos por la oposición a la política conservadora del gobierno de Margaret Tatcher en los años ochenta. Juan José Vargas hace un repaso global a toda la producción del guionista inglés desde sus primeros pasos, en donde se incluyen obras de facturación inglesa como El Capitán Britania o La Balada de Halo Jones, pasando por su aventura americana en DC Comics, que nos traería títulos como La Cosa del Pantano, sus historias sobre Superman o, por supuesto, Watchmen junto a Dave Gibbons y sin olvidar, por otro lado, sus publicaciones independientes como From Hell, la inacabada Big Numbers o Un Pequeño Asesinato, o sus «trabajos alimenticios» para Image Comics en series como WildCATS o Supreme o su línea America´s Best Comics donde destacan las conocidas The League of Extraordinary Gentlemen, Tom Strong o Promethea.
Juan José Vargas ofrece algunas interesantes reflexiones centradas en la capacidad de Alan Moore para reinterpretar al héroe contemporáneo y al superhéroe, aunque suelen ser breves y concisas debido al espacio limitado y al intento imposible de abarcar el grueso de la trayectoria del guionista inglés en una única publicación. Destaca también el relato de algunas de las desavenencias de Alan Moore con algunos de sus compañeros con los que ha trabajo en algún momento como ya le ocurrió con el «pseudo-dibujante» Rob Liefeld en su estancia en Image Comics o con Alan Davis con quién gaurda cierta enemistad a raíz de sus posturas diametralmente opuestas respecto a los derechos de publicación del Capitán Britania. Para ser justos no se puede decir que Alan Moore: La Autopsia del Héroe sea la obra definitiva sobre el reputado autor aunque si resulta un estudio bastante completo con un análisis que le va a la zaga, escrito con oficio y sin excesivas cabriolas literarias y conservando en gran medida una independiente objetividad y capacidad crítica sobre el tema tratado. Como Juan José Vargas expresa en el epílogo final lo que más sorprende de todo es que como fans del idolatrado autor británico no podemos por más que aceptar que al igual que nosotros «este hombre es un ser humano». Dicho esto Alan Moore: La Autopsia del Héroe resultará una propuesta interesante y útil «para entendidos y profanos» y puede ser un punto de apoyo para conocer o adentrarse en algunos de los trabajos menos conocidos del gran e indispensable Alan Moore.