Mañana, por fin, llegará el libro de forma masiva a todas las librerías de España.
Os dejamos de paso con una reciente e interesante entrevista realizada al autor
DyM.-Explícanos quién es Carlos Sisí.
Carlos.-Sigo siendo un hombre sencillo que disfruta viviendo en un mundo pequeño, en su hogar, con su familia. El mundo gira alrededor pero no le echo mucha cuenta. Escribir es una buena muestra de cómo soy, ya que es una tarea muy solitaria e introvertida donde uno tiene que recurrir a vivencias propias para aderezar la historia que quiere contar. Cuando Los Caminantes fue publicada, caí en la cuenta de que, de repente, me lanzaban al mundo. De la noche a la mañana tenía que acudir a presentaciones, tertulias… acostumbrarme a tales cosas no ha sido fácil, como sabe cualquiera que me conozca, porque siempre me ha gustado mantenerme en un segundo plano. Mi máxima prioridad es atender las necesidades de mi familia y vivir con tanta tranquilidad como sea posible.
DyM.-Cuál o cuales son tus películas preferidas de terror
Carlos.-Uf, es complicadísimo elegir… siempre las revisito y me enamoro de unas y de otras en una complicada relación liberal Alien es una de mis claras favoritas, pero es que esa película es maravillosa en todos los sentidos. La Cosa, de John Carpenter, Misery es otro tipo de terror, pero funciona de maravilla y es tan buena como el libro. Y una que me sorprendió tremendamente y que vi hace poco es THEM, de Xavier Palud y David Moreau. Pasó sin pena ni gloria por nuestras carteleras, pero la recomiendo a todo el mundo, fue absolutamente vibrante y con un final que te deja sentado. Mis favoritas, naturalmente, siempre han sido las películas de zombis
DyM.-La película de zombies que te ha hecho vibrar es…
Carlos.-La Noche de los Muertos Vivientes, sobre todo porque la experimenté siendo un niño, y se me quedó marcada. No creo que nadie pueda hacer jamás una película que me impresione tanto como aquella, pero porque uno ya es perro viejo, que es la gran tragedia de todo esto. Era angustiosa, claustrofóbica. El mal no tenía prisa, no era un monstruo terrible que se pueda acorralar, enfrentar, porque estaba por todas partes. Podías huir, pero donde quiera que fueses, el Enemigo estaría esperando. Lo peor era que la película hablaba también de otro monstruo, el Sr.Cooper, que representa nuestro miedo y egoismo. Eso hace que un niño se pregunte muchas cosas.
DyM.-¿Porqué elegiste el género de terror y concretamente el de zombies para tu primera novela? ¿Cómo surge, de dónde nace Los Caminantes?
Carlos.-Esencialmente de mis ganas de escribir algo, cosa que hacía como terapia personal. Cuando escribes, te sumerges en mundos privados y se logra un estado de conexion con tu obra y tus personajes que te aisla del mundo exterior como pocas cosas, y era lo que buscaba. Me daba igual escribir de una cosa o de otra. No recuerdo muy bien ya cómo surgió la idea, pero es posible que tuviera delante la estantería con mi colección de películas zombi, y la necesidad y las ganas montaran la idea. Fue una experiencia muy divertida y la disfruté mucho; supongo que por eso he conseguido entretener a mis lectores.
DyM.-¿Cómo combinas la escritura, la família y tu negocio informático?
Carlos.-El trabajo se queda para el horario normal, y escribo en la pausa del mediodía y por la noche, al menos, cuando tengo ganas. No me obligo a escribir, al menos no demasiado, sencillamente porque las cosas salen mucho mejor cuando no se fuerzan. Tengo la enorme suerte de trabajar en casa, y no soy de los que se encierran en un despacho a trabajar, así que digamos que estoy accesible. Incluso en horario laboral, las niñas vienen, me enseñan, me dicen cosas, y las escucho. Eso me permite compatibilizar todo: soltar el lápiz óptico de mi trabajo y coger el portátil para escribir tiene un lapso intermedio de medio minuto
DyM.-Es curioso que en este país apenas hay tradición en el mundo zombie en el cine y menos en la literatura. ¿a qué crees que se debe esta fiebre zombie en nuestro país? En USA por ejemplo es normal, tienen una gran tradición fílmica…
Carlos.-Aquí nos comemos todo lo que USA hace. No sé si la gente conocerá las costumbres del modo de vida alemán o chino, pero todos conocemos de sobra el estilo de vida americano porque nos hemos criado con sus películas, que recogen todo esto además de sus fiestas, su historia y hasta su idiosincrasia. Estoy convencido de que mucha gente cree que nuestro sistema judicial es igualito a las películas de abogados. En el mundo de la literatura, los zombis llegaron a España con un bagaje cultural importante; fue Manel Loureiro el que empezó todo esto. La respuesta fue tremenda…
había un nicho de mercado y nadie parecía haberse dado cuenta. Es como predije hace un año en otra entrevista… ahora el mercado está reventando y la gente protesta que no tiene tiempo ni dinero para tanta oferta, pero ese es el ciclo natural de las cosas.
DyM.-¿Qué te vincula a este género, qué crees que te aporta y que puede aportar al lector?
Carlos.-Principalmente mi afición por el género, el cine de terror y las películas catastrofistas. Los zombis plantean situaciones de supervivencia extrema, donde hay que agudizar el ingenio para sobrevivir. El ser humano debe cooperar y trabajar unidos si quiere vencer a ese terror, y eso plantea situaciones de todo tipo, donde el hombre se enfrenta, sobre todo, a sus propios demonios y a su instinto animal de sobrevivir a costa de lo que sea, incluso los demás. Esa es la parte natural, con la que elementos adicionados por factores culturales como la moral inciden causando terribles dramas. Al menos a mi, es una de las partes que más me llaman la atención de todo esto. Los Caminantes pretendía ser una visión seria de estas situaciones, sin personajes estridentes, y ambientada en un entorno que podemos reconocer porque es el nuestro, es una ciudad española. Los protagonistas son gente de la calle, de diversa condición, reunidos en una novela coral porque ante la amenaza zombi lo que acaba importando es la unidad del grupo. Y está el Padre Isidro, que ha resultado ser todo un acierto y es lo que la gente ha aplaudido más. Es muy divertido moverlo y hacerlo actuar, y guarda algunas sorpresas importantes en la segunda parte, donde se vuelve aún más peligroso
DyM.-10.000 ejemplares se dice pronto…
Carlos.-Es una pasada. La gente te escribe, te manda privados a través del Facebook, y agradezco todos los comentarios que tienen a bien hacerme llegar. Tu obra es algo a lo que has dedicado mucho tiempo y mimo, y no solo a escribirla, sino a corregirla, a promocionarla… cuando finalmente ves que todo ese esfuerzo ha comunicado con el lector final, el círculo se completa y la sensación es maravillosa. Otro hecho maravilloso de esta experiencia es la cantidad de gente maravillosa que conoces. Editores, escritores, reseñadores, lectores… he hecho grandes amigos, y he aprendido muchísimo.
DyM.-¿Cuánto has tardado en escribir Necrópolis? ¿Se van a poner las cosas más feas?¿Con Necrópolis cierras definitivamente o habrá un tercer volúmen?
Carlos.-Empecé un mes de Diciembre, y en Abril tenía el primer borrador. Le dediquémuchísimo tiempo, este año de intensas lluvias y fines de semana caseros ayudaron mucho De todas formas, tenía ya las ideas bastante claras, los personajes definidos, y sólo quedaba ponerlo sobre papel. Las cosas se ponen bastante feas, en realidad. He tenido unos catorce lectores cero, y todos coincidían en que Necrópolis es más dura, pero también más completa y madura. El otro día estuve pasando las hojas del libro que tengo ya en papel y me di cuenta de la cantidad de cosas que pasan a la vez; creo que satisfacerá a los que disfrutaron con la primera parte. La historia puede continuar, naturalmente. Necrópolis deja las puertas abiertas a una nueva situación para los supervivientes de Carranque. La tengo en la cabeza, y trataría sobre la reconquista del hombre, el triunfo de los vivos sobre la muerte, con un final sorpresa que cerraría la saga. Pero necesito un descanso y estoy con otro proyecto…
DyM.-¿Qué le aconsejarías a un escritor que aún no ha publicado nada. Algún consejo o recomendación?
Carlos.-Hay que escribir y leer mucho, practicar continuamente. Stephen King lo dijo: “Si no lees, no tienes las herramientas necesarias para escribir”. Enseña tus escritos agente que pueda criticarlos y que sea honesta, pero tampoco es necesario: nadie como tú sabe mejor lo que falla y lo que resta por pulir. Ten especial cuidado con esto; todo el mundo te dará consejos, pero pueden no coincidir con tu particular estilo o perspectiva de las cosas. Es tu obra, es tu visión, y tu olfato debería prevalecer. Con el tiempo, aprenderás el delicado balance que hay en ésto. Antes de entregarla, deja tu producción aparcada unos dias y vuelve a ella más tarde; deberías ser capaz de ver las partes que chirrían. Y si eres joven, ten en cuenta que la madurez de tu obra irá acompañada de tu madurez como individual. No tengas prisa. Vive. No podrás describir ciertas cosas desde tu perspectiva personal hasta que las sientas en tus carnes. Si tienes dudas, habla con alguien experto en el campo que necesites; afortunadamente Internet hace que el mundo sea un lugar pequeño. Yo no supe qué se sentía en una situación de combate real hasta que un soldado profesional me habló de ello, y era algo absolutamente diferente a cualquier película que haya podido ver. Ese conocimiento de primera mano lo volqué en Necrópolis.
DyM.-¿Cómo fuiste a parar a Dolmen Editorial y no a otra? Que te parece el trabajo que están haciendo con la Linea Z. ¿Crees que hay mucho campo y tendremos Z durante mucho tiempo?
Carlos.-Cuando estaba escribiendo Los Caminantes se me ocurrió mirar en Google, y descubrí a Max Brooks y a Loureiro. Fue una sorpresa, por entonces no pensaba enviar la novela a ninguna parte, era algo que escribía para mí, como tantos y tantos relatos cortos y novelas que he ido garabateando a lo largo de mi vida. Pero al ver que alguien había publicado una novela de zombis, y con el consejo de mi familia, me decidí a terminarla y enviarla. Dolmen se presentaba como la dirección correcta, ya que habían confiado antes en el género. Los zombis tenían muy mala fama, por culpa de
tanta película cochambre como han hecho, hasta convertirse en algo risible para el gran público. Eso ahora ha cambiado… el interés por lo sobrenatural y los monstruos de ultratumba labrado por los vampiros dejó hueco a los muertos vivientes, y ha cosechado un montón de aficionados al género. Tu pregunta es, naturalmente, delicada, porque todos los autores de la Línea Z son actualmente colegas cuanto menos, y algunos excelentes amigos, pero diría que el mercado está ahora un poco saturado. Lo digo sin malicia, porque mi propia obra sale estos días y se encuentra en la misma saca. Creo que es normal, y que a medida que la demanda disminuya, la oferta se compensará. Ocurre con todas las modas. Es interesante tratar de imaginar qué interesará a la gente dentro de un año.
DyM.-¿Ha surgido ya alguna oferta para la gran pantalla para adpatar Los Caminantes?
Carlos.-Es un tema delicado también, ya sabes el secretismo que hay alrededor de estas cosas. Diré que entre bastidores, los engranajes siguen girando, y espero que esa enorme maquinaria concluya en algo próximamente. Sería absolutamente maravilloso, y me entran taquicardias sólo de pensarlo. Soy esencialmente visual en mis procesos mentales. Si dices algo, tus palabras dibujan imágenes en mi cabeza de forma istantánea. Bien puedo decir que la película de Los Caminantes ya existe en mi mente, porque lo único que hice fue transcribir las imágenes al papel. Eso se nota, de alguna forma, porque todo el mundo ha coincidido en que el lenguaje es absolutamente visual, y que a menudo se tiene la sensación de “ver” las escenas.
DyM.-¿Tiene Carlos Sisí algún proyecto en mente que nos pueda adelantar?
Carlos.-A mí me falta tiempo para todo lo que me gustaría hacer. Tengo un par de novelas en marcha… una tiene 120 páginas, y la otra la he empezado hace poco, pero con muchas ganas. Esta nace de una necesidad interior de contar algo, así que creo que avanzará bastante rápido. Ambas son de terror, muy en mi estilo, pero alejadas de la temática zombi. También ando trabajando en un proyecto para niños de 7 a 14 años, algo que tenía muchas ganas de hacer.
By Jose Miguel Rodríguez