Lunes, 9 marzo 2009: La traición tiene un nombre, Manel Loureiro.
7 marzo, 2011 | 1 Comentarios

Me ha llamado Manel Loureiro, el autor al que hemos cuidado y promocionado hasta el punto de haber vendido más de 5000 copias de su libro. Hace unos meses me llamó algo desaminado ya que creía que eran pocas copias cuando iba por 4000, yo mismo le anime y le hice ver la realidad. Vender 4000 en un par de meses era una barbaridad para como está el mercado del libro es España.

De ese modo, más animado acabó su segunda novela y ha estado dándole vueltas sin enviarla ni mandar el contrato firmado hasta hoy. Hoy se ha revelado la razón por la que mareaba la perdiz. Resulta que su agente ha estado moviendo la novela por otras editoriales y Plaza & Janes está interesada en publicarla, y claro, me ha llamado para decirme “Vicente, comprende que no puedo dejar pasar este tren”. Esto me importaría menos si Loureiro no se hubiera llenado la boca de decirme lo buenos que habíamos sido con él, habiéndole dado la oportunidad de editar, etc. Hasta ahora, los contratos le daban igual, ahora está claro porqué. “Vicente, no te preocupes, eres mi hermano, es no hace falta”.

No entraré en apreciaciones subjetivas (más todavía de lo que ya lo he hecho) ya que hablar en caliente no es bueno, pero desde luego no es agradable, y me jode porque encima de metérnoslas quería quedar bien. Ha sido como surrealista.

Entiendo que P&Janes sea una opción mejor, no entiendo que me haya estado diciendo que su palabra iba a misa, que iba con nosotros a muerte, que había amistad de por medio, etc. La novela la tenía comprometida desde hace más de un año y ha estado retrasando el momento hasta que P&J le ha confirmado su publicación, el viernes pasado, diga lo que él diga. “No me parece ético mover por otras editoriales un libro que tienes apalabrado con otra, sobre todo si ya la hemos anunciado, tenemos la portada en marcha, etc.”, le dije. “No, si no he sido yo, ha sido mi agente”. Pero se podrá ser más cínico.

“Tienes que entenderlo” me dijo. Pues sólo faltaba, que tuviera que entenderlo. Entenderé lo que me salga de las narices, sólo faltaría, que me den con la tapa del piano en los huevos y encima me digan “Tranquilo, chaval, que no duele tanto”. Trae tus huevos y te enseñaré si duele o no duele.

Al final he tenido que colgar el teléfono porque seguramente habría dicho algo de lo que algún día me arrepentiría.

Nota histórica: Sigo considerándome traicionado por lo que sucedió hace dos años con Manel, aunque el tiempo ha ido paliando en parte el recuerdo de aquel funesto día hasta el punto de poder hablar como personas civilizadas y tener en marcha alguna cosa.

Comentarios1
Antonio Ortiz Carrasco Posted 21 octubre, 2012 at10:23  

Supongo que entra dentro del mundillo hasta que la editorial alcanza gran poder y notoriedad. Viene bien saberlo.

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