Hoy he dedicado el día a llamar a librerías. Tenemos creada una extensa base de datos con toda la información recopilada a lo largo de estos 15 años y he ido llamando una a una a todas las que he podido, con la idea de ofertarles material nuestro desde SD. Al final la cosa no ha ido como esperaba pero al menos hemos podido recoger algunos pedidos, y hablar de paso con algunos buenos amigos.

Y es que desde luego tanto tiempo trabajando en contacto con libreros hace que pueda recitar seguramente el nombre de al menos los cincuenta más importantes de memoria citando su librería y ciudad, y en la mayoría de los casos he tenido además el gusto de poder conocerlos en algún que otro salón. Devotos de los cómics que comenzaron en esto por gusto y al final nos les ha quedado más narices que convertirse en empresarios que en muchos casos podrían aprobar la carrera de empresariales sin estudiar a base de lo que han aprendido todos estos años. En algunos casos me resulta divertido el ver y recordar cómo hemos ido creciendo juntos en muchas ocasiones, y cómo si bien antes hablábamos del cómic del mes o del cotilleo de turno, ahora hablamos de temas menos lúdico-festivos como las pólizas de crédito, los precios de los alquileres, si tal editorial te obliga a comprar en firme a cambio de mayor descuento, etc.