De modo que lo primero que me ha salido de dentro es ir a comprar varias ensaimadas (cabello de ángel, albaricoque y crema) para enviar. Cuál no habrá sido mi sorpresa cuando al llamar al transportista para que se las llevaran, la chica me ha dicho, muy amablemente, que desde hacía unos meses si no se enviaban estas cosas en vacío no era posible.
He colgado frustrado, he dado dos pasos hacia el despacho y antes de entrar he dado gracias por haber nacido en un país mediterráneo de amplia tradición picaresca (aunque se me debería de haber ocurrido la solución antes de colgar, será que nos hacemos viejos).
He vuelto a llamar a la agencia mientras pensaba en de dónde demonios pensaban que podía sacar yo un envasador al vació y un recipiente adecuado, y en porqué narices habían inventado una norma tan estúpida. La chica, de nuevo, muy amablemente me ha cogido el teléfono:
-Hola, te llamo de nuevo de Dolmen. Mira que en todo caso pasad a buscar otra caja para SD que tenemos preparada para su recogida. Lo de las ensaimadas ya lo dejaremos para otro día.
Ala, las ensaimadas empaquetadas en una caja normal de cartón y a tomar viento con una estupidez más de algún burócrata paranoico porque los aviones no exploten en el aire por culpa de ensaimadas bombas asesinas o terribles virus homicidas. Espero no estar confesando un delito federal (comunitario, en nuestro caso)