Querían reunirse conmigo para ver si retomábamos relaciones después de la marcha del antiguo director. Debemos de no ser tan malos clientes como parecía pensar el tipo que había antes y que tanto daño nos hizo en el pasado (como bien sabrán los fieles seguidores de este blog).

Ni él ni la imprenta con la que estamos en juicios nos han ayudado en absoluto a lo largo de estos dos larguísimos años que están tornando en una odisea por el desierto como no recuerdo antes.

Tengo unas ganas de avanzar que no se pueden explicar por escrito. Espero que podamos hacerlo con la ayuda del Targo.