En ocasiones, recibimos mails muy extraños, mails curiosos… imagino que es el hecho de tener contacto continuo con la gente.

Esta semana hemos recibido uno de aun autor que decía: “Mi libro no es cualquier libro. No es porque sea mio. Ya lo vereis y quiero a los mejores para que me ayuden a lanzarlo”.

El mensaje nos llegó tal cual, faltas de ortografía incluidas.

Debe de haberle respondido todo el mundo porque yo lo he hecho por pura curiosidad y no ha respondido.

Por lo demás, esta semana la estoy dedicando a buscar todas las listas con material publicable o susceptible de serlo, por interesante y comercial, de cara a unificar cosas y ver si podemos crear alguna otra línea. Tengo un archivo con alrededor de 20 folios de informes de todo tipo de productos. Y yo preocupado como estoy por si algún día nos quedamos sin material para publicar.

Entre lo que tenemos previsto, está en ampliar la línea de libro sobre video-juegos, un mercado en continuo auge y que no sabe de crisis. Los libros que hemos publicado han funcionado mínimamente, y al menos no nos encontramos como algunos otros que no han llegado a las 200 unidades vendidas (para que alguien se haga a la idea, esas ventas implican perder unos 5000-6000 euros como mínimo por título).

Entre esos productos, aunque ha vendido sensiblemente más de 200, está el Dolmen Anuario. Estoy algo decepcionado con sus ventas, esperaba algo más de lo que hemos tenido, incluso agotarlo, pero parece que no está el horno para bollos. Pusimos mucho, mucho esfuerzo en este proyecto, pero ante estas circunstancias no te queda más remedio que plegarte a las leyes del mercado. Al menos es algo atemporal y estará siempre vigente.