Hay que pagar imprentas. Las buenas noticias son que todo ha ido rodado. A las 8’15 me he inflado de valor y he llamado a los bancos para ver cómo estaba la cosa (porque tienen que llegar pagarés a pagar en varios bancos). El pagaré más importante no llega finalmente hasta el lunes como mínimo, por lo que hay margen para cubrirlo, y las líneas de descuento pueden absorber los pagarés que tenemos en mano. Encima la liquidación de ventas ha sido mucho mejor de lo que esperaba por lo que dinero para pagar habrá.
Y encima he podido contactar con una correctora de calidad contrastada para apuntalar la línea de novelas Z.
Vamos avanzando y poniendo ladrillos en la casa.
Las malas noticias, mañana.