El caso es que hemos puesto en marcha cuatro proyectos a cual mejor que ya de por sí podrían funcionar sin ayuda de subvención alguna y de paso hemos pedido para cada uno la subvención de turno. Ha implicado perder dos días de papeleo para poder presentar los mil y un papeles de turno, un trabajo que hasta el momento siempre me pareció una pérdida de tiempo que iba además en contra de mis principios (financiar con dinero público proyectos privados).

Pero el caso es que no estamos para hacer el tonto, y menos si encima te ningunéan. De modo que entre una cosa y otra, la cantidad pedida iba a unos 70.000 euros. Ahí es nada. Ya veremos qué pasa.