Mi idea al acudir a Madrid era descansar un poco o al menos desconectar, cosa que logré parcialmente, ya que al llevar el móvil encima resultaba complicado el desaparecer del mundo.
Tuve ocasión de hablar con Javier de Otakuland y adelantar algunas cosas sobre algunos temas que llevamos tiempo hablando, de hablar con la mujer de Juan Giménez del espinoso tema de los derechos de ‘As de Pique’.
Por otro lado, he podido por fin comer con Enrique Vegas, cosa que no había hecho en años y experiencia que me gustaría repetir con la mayoría de dibujantes amigos, ya que el día a día te impide poder hablar con ellos como te gustaría. Y el caso es que Enrique es un muy buen dibujante pero mejor persona. Un tipo increíble.