Yo no acabo de verlo claro, primero por fidelidad a quienes nos han acogido en los buenos tiempos, y segundo porque el trabajo que están haciendo es bueno. En nuestro caso, con el tema de las novelas, cierto es que podríamos tener mejor implantación, pero nuestra presencia en grandes centros comerciales es buena, así como en librería especializada. Esto me lleva a pensar en que si solo publicáramos cómics deberíamos de estar más que satisfechos, por lo que no acabo de entender las críticas.

Cierto es que en SD tienen una forma en el trato algo directa que en ocasiones pueda resultar molesta a alguna gente, sobre todo cuando roza o cruza el límite de lo denominable como bordería, pero imagino que una cosa va en la otra: el trato familiar y directo con la franqueza y ese tono en ocasiones con un punto chulesco (aunque a la vez simpático).

Sea como sea, el panorama comiquero actual español no podría entenderse ni existir sin no hubiera habido una SD.

Por lo demás, y estamos a vueltas con un novelista cuyo nombre no citaré por simple cortesía editorial. Está como loco por romper el contrato. Es lo que en el futbol se denominaría tirarse a la piscina. No sabe cómo hacerlo, estira y estira y estira, y todo por no tener los cojones de coger el teléfono, llamar y decirlo a la cara, como hacen las personas.

Esta situación me da mucha pena, y algo de asco, para qué nos vamos a engañar. Como la citada SD, tenemos nuestras cosas buenas y nuestras cosas malas. Nos retrasamos en los pagos por circunstancias obvias dados los tiempos que corren, pero si alguien necesita algo, nos desvivimos por intentar ayudarle (con mejor o peor fortuna).

Por suerte, por el camino nos hemos topado con más gente buena que menos buena, ahí están los Colucci, Juande, Llauger, Alamo o Victor Blázquez (qué buen tiepo, y mira que no hace mucho que le conocemos) para equilibrar la balanza.

Espero realmente que con el tiempo la situación se reconduzca y podamos retomar la amistad que en estos momentos parece perdida. Y mucho que lo lamento.