Luci ha venido tarde para recoger a los niños y he tenido 15 minutos para recoger unas impresiones de casa de JD (correcciones de texto), ir a buscar a Llorenç a la otra punta de Palma e ir juntos al aeropuerto. No han cerrado el embarque de milagro (quedaba menos de media hora para la salida del avión); he tenido que sacar la tarjeta de embarque en una máquina que tiene Spanair y regresar corriendo a buscar el coche aparcado de mala manera fuera en doble fila y con el riesgo de una mega-multa-aeropuertaria.
Y para rematar, yendo para el parking me he salido del aeropuerto al equivocarnos de salida y he descubierto que no hay casi manera de regresar a él sin pasar de nuevo por Palma. Hemos ido a toda, regresado al aeropuerto, dejado el coche en el parking y llegado a la puerta de embarque cuando pasaban unos minutos de las 8’50, hora de salida. Por suerte había gente entrando todavía en el avión. Ha habido varios momentos en los que pensaba que esta vez si perdería el avión.
Una vez en el almacén de Edilog (donde íbamos para el tema de redistribuir los palets y organizar los que se destruían, enviaban a Argentina o destruíamos), todo el mundo se ha portado de miedo con nosotros, muy simpática toda la gente. Hemos dividido los 45 palets en tres grupos: Argentina, material a guardar y a destruir (poco por suerte). Teníamos de tiempo de las 12’00 a las 16’30 (cuando debíamos de partir para regresar al aeropuerto) y nadie daba un duro por nosotros, ni Llorenç, pero finalmente nos ha sobrado una hora y cuarto, con lo que hemos regresado tranquilamente al aeropuerto en tren y nos ha dado tiempo a comer algo y relajarnos.
Menos mal de Llorenç, gracias a él hemos acabado a tiempo. Ha quedado reventado, ya que ha dormido poco (de hecho, se me olvidó apuntar antes que de no haberle enviado un mensaje a 5 minutos de llegar a su casa con el coche, no habríamos llegado; se creía que el avión salía una hora más tarde de lo que salía y estaba durmiendo. Se ha cambiado en 5 minutos y sólo nos hemos retrasado un poco… más).
Bueno, un gasto mensual menos, el del almacén.