Me he pasado gran parte del fin de semana delante del portátil y la hoja de Excel moviendo cosas de sitio y modificando datos hasta que a final lo he conseguido. Tendremos que publicar Quena y el Sacramus en diciembre en vez de enero y editar el Anuario, pero lo hemos cuadrado.

Ha sido de esos raros momentos de emoción y excitación que uno siente en este trabajo. Cuando lo he conseguido he gritado y dado saltos por la habitación. Si alguno de mis vecinos me ha escuchado debe de haber pensado que estaba completamente loco.