Me lo prometieron y han fallado miserablemente. Desde luego no me lo esperaba. He llamado mil veces al responsable del asunto y no me ha sabido dar una solución: “Desde luego, la imprenta deberá de cambiar de transportista”, me han dicho en el distribuidor cuando les han llamado para decirles que habían fallado porque éste no entregó a tiempo. “O yo de imprenta” he pensando prefiriendo callar por no solucionar nada cabreándome. Ya me pedirán que pague la factura, y ya veremos cuándo lo hacemos, porque el perjuicio económico será notable.
Y es que por culpa de esto y alguna otra cosa, vuelvo a tener dolores de estómago por el tema de los nervios. Ahora, de nuevo, a sufrir toca en diciembre.