Al final siempre suele estar bien, pasas una mañana tranquila y la caja suele ser de 300 euros, aunque uno se plantea si tanto cansancio vale la pena, porque a última hora del domingo no podía ni con mi alma. Menos mal de la carretilla que compramos la semana pasada, que ha permitido llevar las cajas hasta el stand cómodamente apiladas y empujando no cargándolas como siempre. A pesar de ello, el cargarlas en el coche y conducir una hora… sumado al cansancio de la semana… Menos mal que he parado a comer de regreso en un restaurante argentino que está de vicio, y encima he comprado algunos tebeos a muy buen precio!
Por lo demás, hoy hemos seguido vaciando la editorial. Hoy tocaba tirar cosas, y aunque te acostumbras y no es tan duro como las primeras veces, el lanzar pilas y pilas de tebeos al container de la basura siempre duele, ya no por el dinero que costó, sino por la ilusión que recuerdas de cuando lo publicaste. Hoy hemos tirado unas 200 copias del libro But I Digress, que al final funcionó, pero fue el primero de la colección y se nos fue la mano con la tirada (hicimos demasiados miles).
Es curioso, en su momento las ventas del libro me parecieron malas (1400 hasta el momento) y con el paso del tiempo te das cuenta de que son buenas ventas, y que pocos libros en España venden eso. Supongo que es la experiencia, el haber hecho una tirada grande esperando vender al menos una copia a uno de cada dos lectores de la revista Dolmen.