Estimado Vicente, te escribo muy indignado para hacerte saber mi malestar con Dolmen.

Hace un mes te escribí pidiéndote que se me abonara una factura, y me mandaste a hablar con una chica que llevaba la contabilidad. Hablé con ella y, ni corta ni perezosa, ¡HIZO QUE ME PAGARAN DE INMEDIATO!

¿A ti te parece que eso es serio? Yo ya había pensado un puñado de amenazas que aterrorizarte, ¿te parece bonito? ¡Todo mi esfuerzo para nada! ¿Quién me devuelve ese tiempo? Una editorial española que se llame a sí misma moderna no puede ir pagando simplemente porque los autores le pidan cobrar, eso es poco elegante y, si me apuras, yo diría que es incluso comunista.

Y encima, para colmo de males, te pedí el segundo tomo de Johan y Pirluit, que Darío tuvo la osadía de mandarme tan pronto como pudo. ¿Ni siquiera me vas a dejar el placer de rajar diciendo que sois unos informales? ¿Tú sabes lo mal que voy a quedar cuando mis amigos empiecen a quejarse de sus editores y yo diga que no me debéis nada? ¿Quieres que sea un paria o algo así?

Esperando que reconsideres esa manía de delegar y agilizar los trámites, que como ves solo trae disgustos y desgracias, me despido.

Nota: el tipo es un crack, ojalá hubiera más gente como él.