La verdad es que en estos casos es mejor un mal acuerdo que un buen juicio; seguramente, nos ampara el derecho de cita, pero no tengo ganas de descubrirlo.

De los cinco asuntos legales, nos hemos quitado dos en medio. Queda alguno como el autor del libro de Indiana Jones que desea que le publiquemos un libro y cobrar una compensación por no haberlo publicado en su momento; parece haberse olvidado de que lo entregó dos años más tarde de lo previsto, cuando los efectos de la peli pasaron (sobre todo fruto del esperpento de película que fue la cuarta entrega de Indy).