Qué ganas tengo; la verdad es que la gente que nos escribe desde allí lo hace con muchas ganas de leer nuestros libros, y es desde luego un honor el que se interesen de este modo por nuestros productos.

Ya hemos seleccionado los títulos y haciendo de tripas corazón he decidido que Apocalipsis Island no irá en la tanda inicial. Los autores de la línea se han portado muy bien y creo que se lo debo a ellos, a Carlos, a Sergi… (lástima no tener suficientes de Juande para mandarlas para allá)

Eso sí, es una inversión de narices, ya que supone adelantar un dinero y unos recursos de los que no veremos nada hasta dentro de 7-8 meses (entre que llega el material, lo implantan, nos mandan datos, hacemos la factura, nos pagan…). Es un arma de doble filo ya que nos va a descapitalizar y dejar sin liquidez durante un tiempo. Espero que los bancos se porten y no nos atraviesen con su espada ahora que dejamos un flanco abierto y al descubierto.

Nota histórica: Si antes hablo. Vamos para gafes o pitonisos (con pitonazo incluido, en todo el flanco costal). Pues sí, hasta el fondo. Se ve que los bancos no perdonan y en cuanto ven sangre. Les da igual las cuentas que presenten, no tienen dinero los muy condenados y les da igual hacerte un traje. Con la política de ‘marica el último, sálvese el que pueda’ y ‘política de hechos consumados’: “Hooola, Dolmen. A partir de hoy, desde ya, te retenemos un 15% de lo que descuentes de tus pagarés. ¡Se sieeente! Eso sí, Sr. Dolmen, es por su propio bien. ¿Lo tomas, o lo dejas? Ahí tienes la puerta, tú eliges, muchachote. Ah, de la póliza de descuento, olvídese, ha volado, no la renovamos”. Menos mal que la caballería está a punto de llegar (y hasta aquí podemos leer).