Hemos salvado el punto de partido que representaba este día ya que hemos podido pagar y atender en el último segundo los pagarés Aleu, con lo que era la penúltima red de seguridad (si el descuento de pagarés hubiera fallado había un último recurso del que no quería echar mano, y que no sé si hubiera ido bien).
El caso es que una vez me han comunicado que estaba el dinero en nuestra cuenta del Banco Popular he tenido que ir a retirar casi 10.000 euros en efectivo e irme hasta una oficina de La Caixa ha ingresarlo; ha sido un momento tenso, ir por una ciudad como Madrid (aunque fuera la Gran Vía) con tanto dinero no era plato de buen gusto, y menos cuando he visto que había personas que abandonaban la sucursal del Popular (supuestamente porque había mucha gente) que bien podría haberse percatado del dinero que me había entregado el cajero (a pesar de haber sido éste discreto) y esperar fuera mi salida. Desde luego me debo de estar volviendo paranoico.
Una vez me han dicho en La Caixa que todo estaba conforme y los pagarés se habían atendido correctamente he sentido una sensación de júbilo inexplicable. Por fin podré tomarme unos días de medio relax aquí en Madrid disfrutando del salón en la medida de lo posible.