No podemos sino condenar este ataque terrorista a un grupo de personas que únicamente han expresado un derecho básico como es el de la libertad de expresión mediante el uso del humor gráfico.
La revista Charlie Hebdo llevaba siendo amenazada de forma periódica y sistemática desde 2006 cuando se solidarizó con la revista danesa que publicó las polémicas caricaturas de Mahoma. Bajo la bandera de enfrentarse a todo tipo de poder establecido (según manifestó en su día Philip Lançon, redactor de la revista) han defendido la libertad de expresión enfrentándose en más de una ocasión en los tribunales a acusaciones de injurias en casos que han logrado ganar sistemáticamente.
Por desgracia, la defensa de esa bandera, bajo la que nos sentimos identificados los miembros de esta editorial, les ha costado la vida este miércoles a doce personas que han muerto fruto de la barbarie terrorista y el cerrajón que por desgracia es la única arma capaz de esgrimir un sector de la humanidad.