Hace dos años, viernes 25 abril 2021
Esta semana ha venido marcada por dos cosas: confeccionar el calendario y Sant Jordi.
El tema del calendario es complicado. Suponer trabajar con mucho tiempo de planificación y hay que organizar muchas cosas. Supongo que eso es algo que las grandes editoriales podrán hacer mejor, pero en nuestro caso supone adelantar recursos y aumentar esfuerzos de una manera considerable. Estamos intentando cambiar un poco el sistema, cerrar el número de publicaciones anuales para adelantarnos a las cosas, y no improvisar. Es decir, determinar por ejemplo el número de libros de video-juegos que sacaremos, y una vez decididos, emplazar lo que llegue para el año siguiente. Es complicado pero necesario.
Sant Jordi ha ido muy bien. Mejor que nunca, de hecho. Y eso que no nos querían dejar espacio con la excusa de que solo podrían participar las librerías por tema aglomeraciones y Covid (para cuatro editoriales que somos en Palma). Nos enteramos de ello el miércoles pasado, hablamos con el ayuntamiento el jueves y en una reunión nos dijeron que no se podía hacer nada porque no daba tiempo a cambiar el decreto ley de ocupación urbana establecido para Sant Jordi. Se han disculpado mucho, nos han asegurado que no pasará de nuevo y recomendado que asistiéramos con una librería.
Y eso hemos hecho, ya que de lo contrario mucha gente se hubiera preguntado dónde estábamos y qué nos había pasado. Y ha ido muy bien. Univers del Comic nos ha dejado 8 metros que hemos empleado bien.
A media mañana, el alcalde y la presidenta de Baleares se han acercado al stand a charlar, rodeados de los medios de comunicación, lo cual nos ha dado un poco más de publicidad y repercusión local. Les he recomendado que hagan otra feria en verano, como se hizo el año pasado en sustitución del Sant Jordi (hace un año estábamos todos confinados), una segunda edición de Llibres a la Fresca (Libros al aire libre).
Las ventas han sido las mejores en todo este tiempo, y una muestra de que la gente de Palma nos sigue, ya que los libros que más se han vendido han sido las sagas de Apocalipsis Island y El Libro de Sarah (ayudaba que el autor firmara).
Pero lo mejor ha sido las sensaciones, poder volver a contactar con lectores cara a cara después de tanto tiempo, de ver a amigos y conocidos pasando por el stand. Espero que esta sea la primera de muchas ferias este año. O al menos de algunas.
Anteriormente, en el blog del editor:
Aprovechando este tricentenario del blog del editor, aprovechamos estas entradas para recuperar a modo de cápsula del tiempo algunas entradas similares de años más remotos. La distancia y la nostalgia de tiempos lejanos, supuestamente mejores, hoy nos lleva a 2020, 2019 y 2015.
Seguimos buscándonos la vida por nuestra cuenta, y menos mal que no se nos da mal, porque la ayuda del Gobierno sigue brillando por su ausencia.
Se ha concretado un ICO liquidez para refinanciar nuestros créditos que nos irá muy bien para pasar los próximos meses, ya que tendremos un año de carencia en el que solo pagaremos 100 euros mensuales de intereses, no de deuda. Además, al contrario de lo que esperaba, los resultados de SD, UDL y Océano han sido positivos, algo que me cuesta creer ya que ni hemos publicado novedades ni están las librerías abiertas.
Una de las cosa que más contento estoy es un PDF para mover por wasap que ha hecho Nuria (la chica en prácticas) en el que pulsando sobre la portada de un libro te lleva directamente a la descarga digital gratuita del mismo. Me parece de una comodidad terrible para aquel que quiera descargarse el libro sin tener que rebuscar por la red.
Por su parte, Isaac ‘Loulogio’ Sánchez sigue a tope con su proyecto y me comunica que lo tendrá acabado mes y medio antes de lo previsto, lo que me significa una gran alegría al concedernos algo de margen. Y lo mismo sucede con la continuación de ‘Diario de un Zombie’, a punto de estar acabada. Son dos proyectos que funcionarán muy bien y nos irá genial de cara a cuando todo se ponga de nuevo en marcha.
Esta semana ha sido San Jordi y cada vez lo disfruto más. Al coincidir con las vacaciones escolares de Semana Santa de mis hijos, han estado vendiendo en el stand de la editorial desde las 10 de la mañana hasta las 20’30. A pesar de sus once años, se han portado como unos campeones, sin protestar y vendiendo mucho más que el resto de los que estábamos ahí (ventajas de haberse leído gran parte de los cómics que vendían y saber el material que manejaban).
Se lo han pasado bien, se han ganado un dinero y de paso han ganado en responsabilidad (para compensar, el jueves fuimos al pre-estreno de la colosal End Game).
Y poco más, semana de semi vacaciones cuidando a los niños en un intento de conciliar trabajo y familia.
Esta semana he comenzado a darme cuenta de lo que ha significado el poder liquidar el tema de la imprenta que veníamos arrastrando desde hacía tanto tiempo. La espada de Damocles que pendía sobre nosotros desde hace tiempo ha desaparecido por fin, y me cuesta hacerme a la idea, tanto que todavía no me lo creo.
Un día de estos me iré a una terracita a tomarme un café al sol y pensaré sobre ello, porque realmente es un punto de inflexión importante. Estando por el Saló la semana pasada y hablando con Felix (junto a Joan Navarro llevaba EDT-Glenat en la última fase de la editorial), uno no puede pensar en que tu editorial será la siguiente en desaparecer, y da miedo. Al menos esto, nos da margen y tranquilidad durante un tiempo.
Por lo demás, ayer fue San Jordi y me lo tomé medio libre, o sea, trabajé sólo 8-10 horas y en plan relax. Montamos la paradeta debajo de las oficinas –ventajas de estar céntricos‑ y nos lo tomamos con calma vendiendo libros e informando sobre nuestros títulos a quienes se acercaban.
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