Hace dos años, viernes 28 abril 2017
Qué sorpresa el Sant Jordi de este año, ya que la cosa fue muy, muy bien.
Cayó en domingo y las calles de Palma estuvieron abarrotadas de gente, fue un gusto el pasear y verlas. En nuestro stand la cosa fue muy bien; yo llevé a mis hijos de 9 años y se quedaron más de 4 horas vendiendo libros por su cuenta junto a mi ahijado (vendieron nada menos que 15 ejemplares). Lo confieso, como editor, se me caía la baba viéndoles hablar a quienes se acercaban de los cómics de Enrique Vegas, los libros de Minecraft, los Fuera Borda; como se los han leído, les contaban de que iba a la gente y los iban vendiendo.
San Jordi aparte, lo más importante de todo es que hemos logrado cuadrar las cuentas tras reorganizar un poco los pagos a corto plazo. Hay muchas novedades que se han retrasado, junto al retraso de algunos ingresos, que nos han originado un cierto desfase que ya está arreglado.
Por lo demás, hoy le decía a un colaborador que éste es un mundo complicado, el editorial, pero lleno de satisfacciones. Muchas ganas, mucha ilusión… también tienes sus contras, porque te encuentras con cada personaje, y ver las miserias humanas no es agradable. Y de esas, de las miserias humanas, hay muchas, sobre todo cuando aparece de por medio el vil metal; hay gente que se vuelve loca ante su majestuosa presencia, aunque también los hay que pierden el oremus con sus egos, a lo que no ayuda nada el Facebook y todos los palmeros que viven de hacer de aduladores del meapilas de turno. Y en medio de tanto tonto, hay mentes a las que les resulta complicado prevalecer y mantenerse calmadas. Menos mal que todo eso queda compensado por muchas otras personas de esta profesión más que hacen que este mundo sea un poco mejor.