La verdad es que hacer según qué cambios no es sencillo, es lo suficientemente “dramático” en ocasiones como para pensártelo dos veces.
En esta ocasión la decisión parece algo sencilla de tomar, pero incluso así puede tener consecuencias, como el que UDL deje de pagar los cerca de 8000 euros que están pendientes de vencimiento, no estar operativos a tiempo de cara a la campaña de Navidad…
Por lo demás, ha habido buen feeling. Saben de qué va el negocio y conocen el mercado, tienen una buena red de distribución y de comerciales…
Hoy, de nuevo, numerosas llamadas del impresor y yo sin conseguir el dinero. Son situaciones complicadas a las que no te acostumbras, aunque poco a poco te formas una coraza porque de lo contrario te hundes en los sentimientos de culpa.
Nota histórica: Al final, decidimos entregarle los libro a SD también, y menos mal. Esa distribuidora que nos deslumbró está hoy en busca y captura, y en el salón siguiente nos enteramos de que habían desaparecido dejando pufos por doquier. Cosas que uno no se explica.