Claro que quien se ha llevado la palma ha sido Ares Multimedia, que llegó a tener varias cabeceras en el mercado, y que gracias a ofrecer un CD o DVD, logró vender muchos miles de ejemplares; con la aparición de Internet, esa necesidad del público de obtener ese material desapareció y con ello esas revistas dejaron de tener sentido y fueron desapareciendo.
Por suerte, el público del Dolmen es bastante fiel y no nos hemos visto afectados por ese tema, aunque sí ha habido muchas librerías que han tenido que recortar gastos y suprimir la publicidad.