Hace dos años, domingo 23 octubre 2022
Después de varios años sin acudir por culpa de la Pandemia, por fin he regresado esta semana a la Feria del Libro Frankfurt, la más importante del sector.
La cosa no comenzó bien ya que Raynair hizo de las suyas y en vez de Frankfurt, la compañía volaba hasta un aeropuerto “cercano” situado a 124 km (Hahn), un aeródromo solitario apartado del mundo. Una odisea para ir hasta la ciudad, solucionada viajando en taxi junto a otras tres personas que, por suerte, necesitaban a un cuarto con quien compartir los 240 euros que costaba la hora y media de viaje.
A partir de ahí, todo rodado. Cita tras cita, he ido cerrando asuntos en marcha con editoriales inglesas, americanas, italianas, francesas… Entre ello, ver novedades para nuestro catálogo futuro, vender los derechos de obras a otras editoriales o tratar el tema de los derechos de Esther con Rebellion, editorial que sale ahora reclamando su posible titularidad; finalmente, confío en que todo se pueda arreglar de forma civilizada.
Han sido tres días en los que he caminado a base de bien, pero muy gratificantes ya que ha sido el reencuentro con mucha gente a la que conozco en algunos casos desde hace mucho, mucho tiempo.
Y para rematar, un fin de semana intenso. Recién aterrizado tocaba el Comic Nostrum, el festival de comic de Palma, donde tenía que dar una charla sobre Sin Fronteras, montar el stand, etc. Además, ha coincidido con varias cosas: Aneke estaba invitada (nuestra flamante dibujante de Esther), tenía que presentar en Cada del Libro a Elena Rubio y su libro Cuando los siglos se reduzcan a cenizas, tomar un café con el bueno de JMV que venía invitado a un evento de videojuegos retro (y de paso me ha comentado la opción de publicar juntos un nuevo libro), y ver a Laura Montero, nuestra genial autora del libro de Miyazaki, que daba una charla en la Carlos 3…