Martes, 17 marzo 2009: Esos mails que matan. Más vale una llamada a tiempo que mails volando.
15 marzo, 2011 | 0 Comentarios

Básicamente habíamos quedado en unas cosas y había algunos matices en el aire, por no entrar en detalles. El caso es que estábamos en un tira y afloja y casi la liamos por la tontería de no llamarnos. Menos mal que él cogió el teléfono y asunto arreglado. En veinte minutos asunto resuelto y tan amigos (ni para ellos, ni para nosotros).

Es tremendo el mail, a mí me ha costado más de un disgusto por cosas como éstas: escribes una cosa y tu “interlocutor” lee otra. Es absurdo, pero estoy seguro de que habrá sido culpable de más de una discusión tremebunda por no haberse leído el que lo envía lo que escribe (Llorenc, nuestro diseñador, me decía hoy en la oficina que recuerda el caso suyo con un amigo que le debía dinero en el que de buen rollo le escribió algo así como “Eres un cabronazo, sólo me llamas cuando necesitas algo, y ahora que me tienes que pagar no hay forma de localizarte”; si hubiera añadido un ‘smiling’ al final no hubiera desembocado en el enfado del que lo recibió que no interpretó el mail en el tono correcto).

Por cierto, me contaba Llorenç otra anécdota de un exjefe suyo que le dijo a un compañero que estaba algo despistado: “¿Has visto el nuevo zoom del ordenador?” y cogiéndole la cabeza se la empotró contra el monitor. Eso son jefes a la antigua usanza y no los de ahora (risas, claro, no se me malinterprete).

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