Con la reciente salida de El Pequeño de la Manada, hoy tenemos la oportunidad de charlar con Daniel Fisk. Se trata de una historia inspirada en el personaje real de André el Gigante. Daniel nos cuenta la fabulosa historia de un ser enorme, un auténtico gigante, que la natura se olvidó de poner el freno en su crecimiento.
¿Cómo te llega la historia de André el gigante?
Me llega a través de una película, La Princesa Prometida, en la que interpreta a al gigante Fezzik. No me podía creer que existiera una persona así, debían ser efectos o maquillaje, pensaba. Pero no, era absolutamente real. André era un gigante de verdad. Indagué un poco en su vida y lo que me encontré fue increíble. Yo le acababa de conocer pero ya era un personaje estelar, una estrella mundial.
Ahí se quedó la cosa hasta que años después, André salió de la caverna y se convirtió en una idea y la idea en un cómic.
¿Por qué decides plasmarla en un cómic?
A nivel personal estaba pasando una etapa difícil en la que perdí todo el pelo del cuerpo. Es una movida muy imponente, a veces abrumadora. Además del impacto emocional que me supuso, fuera donde fuera, hiciese lo que hiciese todo el mundo me observaba. Era imposible pasar desapercibido y, menos aún, no provocar una reacción de sorpresa en todo el que se cruzaba o relacionaba. El metro, mercado, el vecindario o la calle se convirtieron en lugares hostiles para mí.
Si yo lo padecía, si lo sufría, ¿Cómo debió ser para André? Conocemos al personaje pero ¿Qué debió sentir André, el hombre? Desde la infancia hasta su muerte André Renée Rousimoff luchó por no sentirse un extraño en un mundo de diminutos. Lidiar con el gigantismo no debe ser tarea fácil, y menos saber que no llegarás a viejo.
Dibujar a André fue una terapia, poder explicar, proyectando en otro, lo que sentía. Pensar que André compartía contigo la experiencia psicológica de estar fuera de la realidad de otros era muy motivador. Podía indagar esa parte de su existencia, la más personal e íntima, sabía de que hablaba, en algo conocía bien a André. Sus éxitos, récords, vicios, combates y su muerte ya están muy documentadas, su presión y angustia interior apenas.
Parece un cómic dramático, ¡ni mucho menos! André también supo vivir con humor, alegría y agradecimiento a la vida que le había tocado y el cuerpo en el que habitaba, incluso sabiendo que colapsaría rondando los cuarenta. Reírse es lo mejor, incluso cuando no haya muchas ganas de hacerlo.
¿Crees que se ha reconocido suficiente la figura de este personaje?
Sí, quizá no en España pero fuera mucho. Fue una estrella mundial, admirado y amado. Se codeó con los personajes más relevantes del momento, viajó por el mundo entero y los mismísimos Yokozuma* le aceptaron y respetaron…y eso no es moco de pavo.
* El más alto rango en la lucha de sumo en Japón.
No tuvo una vida fácil. ¿Crees que a una persona con sus características físicas le trataría mejor la sociedad hoy en día?
Otros tuvieron vidas mucho más duras, de rechazo y exclusión. No fue el caso de André.
A André le trataron muy bien, tuvo una existencia difícil porque la vida y la genética no se lo pusieron fácil. El trauma de no saber que te pasaba, poder sentir como tus huesos se estiran y saber, casi con exactitud, el día de tú muerte… debió ser un trauma mayúsculo. Pero tuvo éxito, jugó y no le fue mal. Se podría decir que , incluso con todo aquello, fue feliz, la gente le aceptó y quiso.Seguramente sin la popularidad y la riqueza que amasó sí hubiera sufrido discriminación e intolerancia, pero no fue su caso. Su cuerpo le hizo universal y André aprovecho el comodín.
Otra cosa es la fama, la otra cara de la moneda, la que seguramente también le mato.
La obra, ha merecido el Premi Ciutat de Palma de Cómic. ¿Te imaginabas que este pequeño gigante podía volar tan alto?
El reconocimiento fue una gran sorpresa, que agradeceré a Palma profundamente. ¿Si me imaginaba que podía volar tan alto?… te responderé más adelante, si se traduce en ventas y nuevos encargos . Por el momento la vida sigue igual. Quizá sea pronto para sacar conclusiones, veamos como será el recorrido de André.
Hablemos de ti: ¿Cuándo y cómo empiezas dentro del mundo de la viñeta?
Lo mío es el humor. Estuve haciendo tiras semanales durante años. La presión del tiempo de entrega me ayudo a adquirir velocidad y soltura en el trazo, observar el mundo como un generador de ideas e interiorizar la capacidad de escribir con imágenes (tanto que mis primeros 4 álbumes son mudos).
Me gusta la viñeta, el cómic en cualquier formato. Te da la posibilidad de hacer secuencias, de acercarte un poco al lenguaje cinematográfico.
¿Cuáles son tus referentes?
Realmente no tengo referentes. Sí me encantan Uli lust y Gregory Panaccione, me identifico mucho con ellos, su estilo y modo de vivir el dibujo.
Admiro a Milo Manara y Moebius, pero no como referentes. Nunca podrán ser mis referentes, están en otra dimensión, inalcanzable para mi ni en tres vidas. Su nivel de dibujo y capacidad de narración son arte, arte de verdad. Pertenecen a otra época, en la que el dibujante era un artista y así se valoraba, con tiempo y dinero. Pudieron hacer cosas increíbles y mantener una familia o dos…
He tenido la enorme suerte de conocer a Manara, compartir momentos impagables en una mesa con vino y puritos. Hay algo en estos genios que no se puede explicar, parecen normales, pero esconden un “algo” que les hace únicos.
Un personaje de cómic que te haya marcado…
Me flipa Calvin y Hobbes, he crecido amando a Mafalda (Felipe es el mejor) y empecé a dibujar copiando a Mortadelo… pero marcado, tampoco. Nunca he sido un gran lector, no me encerraba a leer cómics ni compraba. Hasta más mayor solo leía los cómics roidos por mi abuelo.
¿De todas las obras que has publicado, con cual te quedarías?
Pues la que menos se ha vendido, por gorda, cara y surrealista. ÍO, hay mucho ruido ahí fuera.
Combino la soledad, los vuelos en globo, mensajes en una botella y el espacio. Se define como dijo un crítico: “ Con esta historia de Daniel Piqueras Fisk no me he enterado de nada, por eso precisamente me gusta” …me encantó.
Disfruté mucho dejando que se me fuera la olla y, lo mejor fue, haber podido contar con la colaboración del artista plástico Pedro López. El protagonista recorre un espacio repleto de planetas, que Pedro plasmó de manera magistral.
Años después, con todo lo que he aprendido, me encantaría hacer una versión 2.0.
¿Si abriéramos el cajón de tu escritorio, qué proyectos encontraríamos?
Una novela gráfica para el 2025. DESIDERIUS, que promete ser un petardazo. De hecho tengo la esperanza de llevar el humor, la acción y el surrealismo a un siguiente nivel.
También en el cajón hay muchas semillas, unas brotarán, otras no.
Gracias por esta agradable charla Daniel,