Por lo demás, cuando uno cree que cosas como el Salón del Cómic de Barcelona son la de Dios ya que ocupa el pabellón grande de la feria de muestras, el taxi de camino al aeropuerto te devuelve a la realidad y al pasar por la Plaza de España te muestra cómo la feria del móvil no sólo ha agotado toda la capacidad hotelera de Barcelona y alrededores, sino que congrega a casi todos los taxis de la ciudad en busca de clientes, acapara Dios sabe cuántos pabellones (desde lejos no lo vi, pero hacía pinta de ocupar la práctica totalidad del reciento) y se lleva un protagonismo en los medios increíble. Al parecer, me dice el taxista, vino el presidente de Samsung, y me contaba que llevó a una de sus ayudantes y que ésta le dijo que no le estaba permitido hablar con él directamente, que tenía que usar un intermediario. Ahí es nada.