Entrevistamos a los autores de ‘La cocina encantada. Recetas sacadas de todas las películas de Hayao Miyazaki’
Llega a España vuestra obra, La cocina encantada. ¿Os imaginabais que pudiera tener este recorrido la obra?
Silvia: La idea de hacer este libro fue mía, porque amo a Miyazaki y sabía perfectamente que Francesco y Raffaella lo recibirían inmediatamente con mucho gusto. Y así fue. No pensé que tendríamos un desembarco internacional y estoy muy contenta con esta sorpresa. Como en una película de Miyazaki, vimos lo extraordinario irrumpir en lo ordinario.
Raffaella: ¡Por supuesto que no! Parecía una idea cautivadora y como los tres éramos fans de Miyazaki, este es exactamente el libro que nos hubiera gustado encontrar en la librería, y como no existía, nos propusimos escribirlo. Nos dio muchas satisfacciones desde el principio, pero no pensé que llegaría a cruzar fronteras nacionales. ¡Fue una agradable sorpresa cuando nos enteramos!
Francesco: A decir verdad, cuando comenzó esta hermosa aventura, no pensé mucho en la idea de una publicación más allá de las fronteras italianas. Poco después, sin embargo, dada la atención y sobre todo el aprecio que despertó el libro, comencé a fantasear con ello. ¿Y qué podemos decir ahora? Que estoy muy contento de que haya llegado a España.
¿A qué huele la cocina de Miyazaki?
Silvia: Un perfume más noble que un cuento de hadas. Huele a encantamiento, a imaginación desenfrenada, a corazón galopante. Por otro lado, la gastronomía y el cine son dos mundos capaces de ofrecer experiencias sensoriales únicas e indescriptibles. Quien entendió perfectamente esta filosofía es el maestro Hayao Miyazaki, que logró encantar a grandes y pequeños con sus historias. Y si hay algo que nunca falta en sus largometrajes es la relación entre los personajes y la comida. El impacto visual de sus obras es siempre variado, festivo, e incluso al mirarlas tienes la sensación de haber alertado todos los sentidos.
Confirmando esta impresión está el amor de Miyazaki por la comida. No hay duda de que se te hará la boca agua ante sus banquetes, sus sopas humeantes, sus tentadores aperitivos. Para Miyazaki la gastronomía es cultura, es vida, es memoria, es corazón. Sus conmovedoras historias están llenas de magia, imaginación, valores, tradiciones e incluso comidas deliciosas.
Raffaella: Huele a magia, a hogar, a bondad, a su mundo especial.
Francesco: Al olor de la cocina que te hace sentirte en casa.
Confesad: ¿habéis probado todas las recetas?
Silvia: Raffaella hizo muchas, yo me concentré en los más fáciles, porque tengo una niña de 6 años que se divierte mucho en la cocina. Por eso juntas hemos hecho muchas veces las tortitas de Nicky, la aprendiz de bruja.
Raffaella: Confieso que las he probado casi todas, y las he vuelto a hacer varias veces, sobre todo los dorayakis, las tortitas y el ramen.
Francesco: No, lo confieso, pero lo intentaré (lo digo desde hace años…).
¿Cuál es su favorita y por qué?
Silvia: La tarta Siberia de El viento se levanta, porque no sólo tiene una historia antigua detrás, sino también porque refleja plenamente la fuerza y la poesía del cine de Miyazaki. Parece que este postre llevaba años sin estar en el mercado, pero cuando se estrenó en el cine el largometraje de animación ambientado durante la Segunda Guerra Mundial, de repente volvió a ponerse de moda. Las empresas que lo producían habían disminuido drásticamente, hasta el punto de que era elaborado casi exclusivamente por artesanos locales. Gracias al anime, muchas empresas que producen este postre, como Coty Bakery en Yokohama y la Yamazaki Baking Co., lograron sobrevivir a la crisis financiera. En definitiva, una historia dentro de una historia con un delicioso final feliz.
Raffaella: Mi receta favorita definitivamente es el bentō. Tiene una historia antiquísima y hoy está disponible en muchas versiones. Puedes encontrar algunas de ellas en el libro, pero tu imaginación es libre de vagar hacia otras formas e ingredientes.
Francesco: Sin duda los onigiris. Me gusta tanto el sabor delicado como la sencillez con la que se presentan. Luego añadiría que, como siciliano, considero los onigiris como la versión desnuda (y menos calórica) de los maravillosos y deliciosos arancini sicilianos.
¿Os han quedado más recetas para un segundo volumen?
Silvia: Seguro que hay muchas recetas que sugerir. Tal vez…
Raffaella: De momento no lo sabemos.
Francesco: Esta es más una pregunta para Raffaella, porque ella es la verdadera experta en recetas. Sin embargo, deduzco que, viendo las películas y series de televisión escritas y dirigidas por Miyazaki, todavía hay muchas recetas.
¿Qué significa para vosotros Miyazaki?
Silvia: Hayao es un maestro de la magia, de la ligereza, de la imaginación, de la sensibilidad, pero también es un cineasta que expone importantes temas sociales. Su enorme poder imaginativo, sus elegantes metáforas, sus sorprendentes criaturas, su cuidada y poética animación, hacen de su cine un vivo placer para la vista y el corazón. Sus películas, de hecho, contienen mensajes humanos, sociales y éticos. Todo aderezado con colores deslumbrantes, panoramas evocadores, canciones de ensueño y un perpetuo homenaje a la Madre Naturaleza. Su arte visionario nos ha regalado ciudades junto al mar, tierras encantadas, castillos móviles, cerdos voladores y bosques que proteger. Sus personajes, pues, tienden continuamente a la transformación. Gracias a las experiencias y al sufrimiento, experimentan un proceso de curación, que germina en un renacimiento saludable.
Raffaella: Es un genio, un soñador, un alma inmortal.
Francesco: Para mí Miyazaki significa infancia, respeto por el medio ambiente y amor por la libertad y la imaginación. Miyazaki no es sólo el apellido de uno de los mayores maestros del cine (no sólo de la animación). Miyazaki es un mundo único en el que me encantaría vivir.
¿Cómo entráis en el gran mundo del genio japonés?
Silvia: Llevo más de 20 años trabajando en la industria cinematográfica. Miyazaki es el aliento extra que me permite dejar volar mis pensamientos, mi imaginación y mi corazón. Siempre lo he amado. No hay duda: ver las películas de Miyazaki significa perderse en un laberinto de sentimientos, pero también encontrarse en los ritmos y en la vida de los protagonistas, degustar con ellos, aunque sea imaginariamente, ciertos platos que (quizás) nunca has probado. Lo cierto es que es imposible resistirse a ciertas secuencias gastronómicas, porque los ingredientes utilizados son vistosos y sabrosos; las salsas espesas y tentadoras. Hay que decir también que la filosofía que subyace en los largometrajes de Miyazaki siempre resalta las características de la Madre Naturaleza: pura, necesaria y armónico. Por eso en sus obras el gusto está vinculado a los colores y objetos dispuestos sobre la mesa: los platos, cocinados con maestría, recuerdan la armonía ancestral de la creación. Precisamente por todos estos detalles obsesivos en el dibujo, cada vez que vemos una película de Miyazaki nos entra hambre, aun sabiendo que son sólo platos representados mágicamente. Una magia…
Raffaella: A través de sus películas, sus bandas sonoras, la fluidez de movimientos en los dibujos del anime y los colores pastel que predominan en los largometrajes del maestro.
Francesco: Después de ver El viaje de Chihiro descubrí que él estaba detrás de la mayoría de los dibujos animados que amaba cuando era niño, desde Heidi hasta Lupin III, así que quise redescubrir toda su filmografía.
¿Cuál es vuestra película favorita de Studio Ghibli?
Silvia: Centrándonos con el campo miyazakiano, tengo cuatro que adoro, concretamente El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke, Porco Rosso y El castillo ambulante. Cada una por una razón. Al tener que elegir una, opto por El viaje de Chihiro debido al simbolismo que subyace al anime, especialmente el tema de la identidad. De hecho, un detalle importante de la película son los nombres de los personajes. Después de que Yubaba cambie el nombre de Chihiro a Sen, Haku le advierte que si olvida su nombre real, nunca más podrá abandonar el mundo de los espíritus. ¿Por qué razón? Porque el concepto de identidad es fundamental para Miyazaki, tanto es así que Sen no sólo podrá recordar su propio nombre, sino que ayudará a Haku a encontrar el suyo de nuevo. El mensaje está claro: olvidarse de uno mismo y de su yo es el primer paso para convertirse en esclavos de la sociedad.
Raffaella: Ponyo en el acantilado. La historia de Ponyo es muy dulce, es un cuento de hadas sencillo y puro que habla de la amistad de dos niños, Ponyo y Sasuke, que descubren su relación con la lentitud y la curiosidad propias de la infancia. Cada una de sus reacciones es real pero, al mismo tiempo, fantástica.
Francesco: Es una bonita competencia entre La Princesa Mononoke y Porco Rosso. Sin embargo, como sólo tengo que elegir una, me decanto por Mononoke (esperando que Marco Pagot no se enoje demasiado).
¿Por qué creéis que el mundo que rodea a Miyazaki es fruto de tantos estudios y análisis?
Silvia: El cine de Miyazaki es edificante, lleno de sentimientos y emociones positivas. Me refiero a la capacidad de sus historias contadas en la gran pantalla para remover conciencias y crear sentimiento de unidad y hermandad, condenando firmemente todo lo que es violencia y muerte y que destruye la paz y la vida. Íntimo, extraordinario, dinámico y de cuento de hadas, el cine de Miyazaki es conmovedor, reflexivo y revolucionario. Uno de los temas abordados es también el horror de la guerra, pues el maestro nunca ocultó sus heridas, las mantuvo siempre expuestas, exorcizándolas con su sentimiento maravilloso y prodigioso. Sus historias a menudo se inspiran en su experiencia traumática y se oponen al militarismo siniestro, con amor, franqueza, empatía, amabilidad e inocencia. Otro elemento peculiar de su estilo es el asombro. Se esconde en todas partes: desde los sueños de gloria de un joven aviador hasta un suculento plato de ramen, desde la evocación del propio nombre hasta una escoba llena de esperanza y magia. Miyazaki nos enseñó que no sólo los humanos, sino también los objetos e incluso los lugares tienen su propia narrativa interna, formada por mitos y leyendas. Por eso en sus películas los castillos caminan, los gatos hablan y los bosques se llenan de espíritus. Todo es vida, descubrimiento, encanto.
Raffaella: Creo que se debe a los mensajes ocultos, la idea de un mundo donde reine la paz, el amor por la naturaleza y el equilibrio en todos los elementos. Paz, ecología y tolerancia.
Francesco: Porque sus obras son complejas, estratificadas. Hay mucho entretenimiento pero también mucho, mucho contenido político, además de crítica social, crítica al militarismo, crítica al patriarcado, basta pensar en el papel que tienen las mujeres en sus obras, crítica a la explotación del medio ambiente. El suyo es un punto de vista muy actual, fuertemente alineado pero no maniqueo, dogmático. El mundo que nos presenta nunca es todo negro ni todo blanco. Miyazaki siempre se cuestiona a sí mismo. Y al cuestionarse a sí mismo, nos interroga a nosotros. Él nunca nos da respuestas. Nos hace preguntas. Como lo hacen todos los grandes artistas.
¿Cómo creéis que ha influido el gran maestro a acercar el anime japonés al gran público?
Silvia: Sin lugar a dudas, las obras de Miyazaki han dejado una huella en el mundo de la animación cinematográfica, permitiendo que el anime traspase las fronteras del Sol Naciente. La sensibilidad y belleza con la que es capaz de contar historias oportunas consiguen involucrar no sólo a un público joven, sino a todo aquel que desee poesía y originalidad. De hecho, el cine de Miyazaki es amado en todo el mundo y sus obras maestras son también un medio para difundir la cultura gastronómica japonesa. En sus obras, la comida cubre un importante aspecto simbólico, considerando que cada plato adquiere un papel fundamental en el desarrollo de la historia – a veces tranquilizador, a veces nostálgico – y que cada detalle se convierte en un pretexto para transmitir el fuerte vínculo entre gusto y memoria, entre sabores y emociones. Cada comida es una clara muestra de la íntima comunión entre la sociedad japonesa y el arte culinario, entendido no sólo como la satisfacción de deseos primarios, sino sobre todo como alegría sensorial.
Raffaella: El anime de Miyazaki rompe los moldes del largometraje de animación clásico al que estamos acostumbrados en Occidente, por lo que basta un vistazo a la pantalla para captar la atención y acercarnos a la narración de cuento de hadas del maestro.
Francesco: Creo que el secreto está en el idioma que eligió utilizar, un idioma universal capaz de hablar con todos. Miyazaki logró hacer entender que la animación japonesa puede dirigirse tanto a jóvenes como a adultos, satisfaciendo las necesidades de ambos. Animes como Mi vecino Totoro, Ponyo, Porco Rosso, Nausicaä del Valle del Viento, son obras intergeneracionales, eternas, llenas de temas que también nos pertenecen a nosotros los occidentales.
¡Muchas gracias!