El tipo del banco no daba pie con bola, insertando datos y datos, y tras perder toda la mañana el resultado ha sido que necesitaba más papeles porque con lo que le había metido no bastaba y salía que tenía que estudiarse el caso en la delegación provincial en Valencia.
Al final la cosa en el aire y sin saber si la renuevan o no, y mañana expira la que hay y queda un descubierto de 9000 euros, al estar empleada –cómo no- al 100 por cien.
Esto de los bancos es vergonzoso, malo es tener que pedir dinero como para que encima te estén jodiendo de esta manera, sobre todo por hacer su trabajo. Es como si alguien compra un tebeo en una librería, se lo venden y el librero le mira como si le perdonara la vida; o como si un chaval de los que vienen a enseñar muestras a la oficina ilusionado y empujado al aliento de su madre y amigos, tras 15 minutos, voy y le suelto: “Mira, chaval, no me hagas perder el tiempo y lárgate de aquí para que tu madre te diga lo bueno que eres”. Cada uno tiene un trabajo, y menospreciar lo que hacen los demás no entra dentro de lo que mi mente sea capaz de comprender.