Hace dos años, viernes 21 agosto 2020
Poco a poco nos han ido haciendo las pruebas del COVID19 a todos y hemos ido saliendo negativo, lo cual ha resultado un alivio. Aunque eso no quita el mal rollo en el cuerpo y la mente, y la tensión que conlleva.
Son días sin duda recordaremos en el futuro porque está siendo toda una experiencia. Aunque la cosa ha mejorado algo desde el confinamiento de marzo, no deja de ser todo muy extraño. Y lo peor es la incertidumbre a nivel de salud y económico, el no saber qué pasará después del verano, si la gente retomará sus vidas con optimismo o desde el hermetismo. Me sirve como consuelo el saber que el ser humano se ha levantado de peores cosas, y que al final sabemos cómo acostumbrarnos a todo. Para lo bueno y para lo malo, es como somos. Optimistas irredentos condenados a seguir hacia adelante, a acostumbrarse con todo. Supongo que es lo que conlleva el convivir con la muerte desde que nacemos, y más en estos días.
Pero pensamientos filosóficos de bar aparte, de momento, el compañero sigue en casa en cuarentena, pero está más o menos bien. Los demás hemos seguido trabajando desde casa, al menos los que no estábamos de vacaciones.
Esta semana ha sido el Salón de Coruña, que se ha celebrado por los pelos. Hasta el miércoles mismo (y eso que comenzaba en lunes) no se ha confirmado que se celebrarí hasta el final.
Las ventas de los tres primeros días han sido nefastas, un horror (el martes mismo, a lo largo de todo el día, ni siquiera 90 euros), ya que lo han organizado como un circuito tipo Ikea y nosotros estábamos al final, de modo que cuando pasaba la gente lo hacía con las compras ya hechas y mirando de reojo por aquello del miedo a contagiarse. Con la llegada de Enrique “el Héroe” Vegas (lleva ya tres eventos en poco tiempo) y el fin de semana, la cosa ha ido a mejor y el resultado se ha arreglado por completo. Y menos mal, porque falta nos hacía una buena noticia.
Por lo demás, la semana ha sido un infierno. Ha habido que cerrar títulos de septiembre con cosas que no estaban acabadas. En ese aspecto, la aportación de Dati ha sido fundamental. Nos ha pillado el toro y tras un agosto sin publicar novedades, septiembre pintaba mal. En ese aspecto, hemos de reaccionar y buscar una forma de hacer las cosas mejor, haciendo más seguimiento de algunos colaboradores que entregan sistemáticamente tarde. Hay muchas cosas que estudiar al respecto y decisiones complicadas que asumir.
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