Lunes: 1 diciembre 2008: Surrealismo al poder, de nuevo.
He llamado esta mañana y me han dicho desde Spanair:
-“¿Contenía su maleta un trofeo?”
-“En efecto”
-“Perfecto, no se preocupe, se le entregará entre hoy y mañana”.
Cuando he llamado de nuevo por la tarde para concretar hora me han comunicado que no sabían nada de la maleta, que no tenían anotada constancia alguna de que se hubiera encontrado y que si lo del trofeo era un dato que había les dado yo. ¡Por Dios, si yo nunca uso esa palabra! ¡Siempre hablo de un “premio” en estos casos!
Tras varias llamadas más he decidido llamar a un tío de Nikole (mi mujer), que es un alto cargo de Spanair (los ‘pierde-mi-maleta’) que me ha dicho que conoce a un tipo que es un máquina que no falla una y que da con todas las maletas que se le piden (ah, para más inri, la chica del mostrador no había etiquetado la maleta, por lo que la dificultad es aún mayor).
Por lo demás, cientos de mails acumulados a mi regreso después de unos días fuera, mucho trabajo y mucho por acabar.