He comenzado a las 6’00 AM corrigiendo el Dolmen #156 para enviar a imprenta y he acabado en una habitación en Frankfurt a las 2’00AM.
Tras acabar la jornada laboral, ir al gimnasio a despejarme un poco (sin haber comido por falta de tiempo, irresponsable que es uno), estar con los mellizos un tiempo, preparar maletas, acostar los pequeños, cambiarme y salir disparado para el aeropuerto (Nota: Cómo no, iba ya con el tiempo justo, y para rematar el coche se ha quedado sin batería, he tenido que llamar a un taxi y, encima, en la autopista había habido un accidente y había atasco total; ha sido la primera vez en mi vida en que he pensado que perdería el avión, aunque una hora más tarde había otro para Frankfurt; por suerte la autopista se despajó de repente y he llegado justo a tiempo para facturar).
El avión aterrizó puntual com un clavo a las 00’00, aunque el autobús que nos llevó a la Terminal tardó 20 minutos en hacerlo. Luego, entre coger maletas, cenar en un McDonals del aeropuerto, buscar el tren hasta la Estación central –a 2 minutos del hotel caminando y demás, se me han hecho 2’15 cuando he entrado en el hotel.
Lo bueno es que tengo Internet gracias la conexión del hotel y puedo estar conectado con el mundo mundial, lo que ha hecho que en parte me fuera a dormir más tarde contestando mails, chequeando la prensa, etc.
Son las 2’50 y mañana a las 7’30 tocan diana. Menos mal que me encanta mi trabajo.