Hablando con Házael G.
Pregunta: Lo primero de todo: ¿“Házael G.” es un seudónimo, un mote, una ocurrencia fantasiosa…? ¿Eres un hombre o una mujer?
Respuesta: ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Ser, lo que se dice ser, no lo tengo muy claro… pero sí, soy un hombre, y debo decir con orgullo que Házael es mi nombre real, el que aparece en el DNI. Mis padres eran bastante originales en ese sentido, y me pusieron un nombre sacado de la Biblia: era un rey de Siria, del año 3000 a. C., y significa “el que es observado por Dios” en hebreo antiguo. La G corresponde a mi segundo nombre o a mi primer apellido, como cada uno prefiera…
Pregunta: De todos modos, ya habías hecho unas cuantas cosas antes de esto…
Respuesta: Así es. Ejercí de crítico de cine y de cómic durante años en revistas especializadas, y he publicado otros libros antes, entre los que se cuentan estudios de bandas sonoras originales, o un Kama Sutra japonés publicado por Ediciones Robinbook.
Pregunta: Y de repente, dos libros tuyos de temática zombi en el mercado. ¿Por qué?
Respuesta: Siempre lo digo: la culpa es de mi editor, Vicente García. Nos conocemos hace ya bastantes años, y en mayo de 2009, en la feria Còmic Nostrum de Mallorca, me dijo que iba a apostar fuerte por los zombies desde su editorial. Medio en broma, le dije que si quería le podía escribir una novela de ellos, y él me dijo que lo probase a ver: fue el inicio de “La Muerte Negra”.
Pregunta: ¿Y de dónde salió esa idea?
Respuesta: Fue en aquel mismo momento. Pensé que la temática zombi estaba bastante estandarizada, y me pareció que se podía hacer algo un poco más original… como mezclar zombis y peste negra, por ejemplo. A Vicente la idea le gustó de inmediato, y ya empecé a darle vueltas al tema: por dónde iba a ir, de qué se trataría…
Pregunta: Y luego, supongo que empezó el proceso de documentación…
Respuesta: Calla, calla, que tú lo sabes tan bien como yo… pero bueno, ejem, ejem, después de todo soy licenciado en Historia del Arte, así que la carrera tenía que servir para algo. Sin embargo, todo el proceso es una mezcla de trabajo, suerte, casualidades, y milagros: por ejemplo, justo cuando estaba en ello conocí a un chico armenio que me enseñó libros escritos en su idioma, y me pareció imprescindible meterlo en la acción. Lo demás, pues unos cuantos libros, la imprescindible wikipedia (que facilita muchísimo la consulta de datos puntuales, aunque nunca hay que fiarse del todo), y como digo en la dedicatoria, la ayuda indirecta de mi amigo Fernando Blanco “el jefe”: estaba pensando en qué nombre podría tener el protagonista, un nombre que pudiese usarse indistintamente en muchas épocas y a lo largo de mucho tiempo… y después de pensar mucho, llegué a la conclusión de que “Blanco” era el mejor apellido que podía escoger. Por eso el protagonista se apellida así, LeBlanc. Aunque ahora que lo pienso, no sé cuál es su nombre de pila…
Pregunta: ¿Y lo demás?
Respuesta: ¿Qué demás?
Pregunta: Los paisajes, los lugares que visitan, las referencias religiosas… por no hablar del final, que muchos han calificado de “desconcertante”.
Respuesta: Los lugares que visitan están condicionados por las características geográficas del viaje, y también por los sitios que yo mismo he visitado y que conozco de primera mano: Aleppo, el desierto de Wadi Rum, la isla de Rodas, la ciudad de Avignon… Por el contrario, debo decir que nunca he estado ni en Venecia ni en Pakistán, y ni siquiera en Montserrat… pero bueno, se hace lo que se puede.
Las referencias religiosas están unidas directamente a ese final “desconcertante”: me interesan mucho las religiones, todas y cada una de ellas, y la época de la peste negra es un momento donde muchas creencias se ponen en tela de juicio. Y si a eso le añadimos muertos que se levantan de sus tumbas, puede pasar cualquier cosa…
Pregunta: Precisamente, ¿fue difícil introducir zombis en una historia tan documentada y que intenta ser fiel a lo que pudo ocurrir en realidad?
Respuesta: ¡En absoluto! Todo lo contrario: los mongoles, cuando asediaron Kaffa, lanzaron cuerpos muertos por encima de las murallas. En Milán, los hermanos Visconti tapiaron tres casas con gente afectada de peste en su interior. El Papa Clemente VI se salvó de la enfermedad gracias a los fuegos de Chauliac… y todo eso es histórico. Sólo había que modificar un poco las ideas, y listo: a veces tenía la sensación de que yo estaba escribiendo la historia “real” de la peste negra, jejeeeee…
Pregunta: ¿Y qué hay del “Quijote Z”? ¿Es algo parecido?
Respuesta: Bueno, esa idea sí que fue del editor… y yo, lógicamente, le dije que estaba loco, pero me interesó mucho como reto y el hacer algo digno relacionado con el tema antes de que otros hicieran una chapuza. A fin de cuentas, yo me considero un escritor desde hace muchos años, y el nombre del autor iba a ser el mío… así que he procurado hacerlo lo mejor que he podido. Estoy bastante seguro de que más de uno se me echará encima y me dirá que soy un hereje, pero correré el riesgo: yo lo he hecho con todo el cariño y con toda la profesionalidad de la que he sido capaz, así que lo defenderé a capa y espada.
Pregunta: ¿Pero no puedes adelantar nada más para todos aquellos que no se hayan leído el libro?
Respuesta: Bueno, sin desvelar demasiados secretos, diré que efectivamente es la historia de un hombre que después de leer muchos libros de zombis se vuelve loco y quiere convertirse en un cazador de muertos andantes… En realidad, todo esto es cosa de un antepasado mío, así que habría que preguntarle a él.
Pregunta: ¿?¿?¿?
Respuesta: Nada, nada, a esperarse y a leerlo…