Una de las cosas buenas de este trabajo es poder disfrutar más de las Navidades y de los hijos cambiando simplemente el horario y trabajando por las noches o en los días de fiesta.
Y si encima las ventas van bien, mejor que mejor.
Y no sólo eso, consolidada la base de la línea de acción, el resto irá todo rodado, sobre todo porque parece el “El Libro de Sarah” está yendo bien, muy bien, lo cual significa un alivio económico y saber que la segunda parte representará a finales de año otra inyección económica. De momento, la revisión de la secuela (que ya tengo escrita) va viento en popa.
Por otro lado, seguimos sin saber qué hacer con el departamento de prensa. Ya hemos tenido alguna entrevista pero continuamos sin tener claro cómo enfocarlo y si no sería mejor buscar a alguien de fuera de la isla, o alguien que llevara el tema por proyectos… De momento nos seguiremos repartiendo el trabajo entre Darío y yo.
El principal problema este mes será tener a tiempo las novedades, por lo que podemos encontrarnos con un problema de liquidez en febrero.