Martillo de Herejes
Martillo de Herejes
14,00€
Y eso es lo que nos encontramos en Martillo de Herejes, una historia situada durante la guerra civil española en la que veremos cómo este conflicto afectará al pueblo de Martillo cambiándolo para siempre. La violencia y la desesperación harán que el pueblo se convierta en el escenario de un conflicto que atrapará a falangistas, anarquistas, comunistas y demás facciones, cada una de las cuales luchará por imponer su verdad por encima del posible coste humano en vidas. Y entre todo esto, un hombre y una mujer verán cruzarse sus caminos y sus ideas, surgiendo una historia de final incierto por las circunstancias en las que se ven rodeados.
Entre las curiosidades del álbum destaca el hecho de que se haya empleado para la ocasión la semejanza de algunos de los personajes, hecho éste que puede chocar en un principio pero que finalmente facilita el desarrollo de la trama. A esto ayuda sin duda la facilidad del dibujante a imitar rostros conocidos en sus viñetas, siendo ésta simplemente una de sus múltiples cualidades, entre las que se encuentra también sin duda la narrativa y la facilidad que tiene para, con unas simples líneas, elaborar una compleja viñeta. Sobre el guión, cuidadamente elaborado por Juan Gómez, destaca lo inesperado que resulta en ocasiones y lo fácilmente que te introduce en la historia, logrando que la lectura sea de lo más amena.
Una obra llevada a cabo por dos autores a seguir y que nos llevará a una parte de nuestro pasado histórico reciente pocas veces visto en los cómics.
Martillo de Herejes es una de las obras más costosas de producción y edición de las llevadas a cabo por Dolmen. Se tuvo que contratar a un guionista, un dibujante y un colorista para llevarlo a cabo, labor que en la mayoría de los casos y en obras pretéritas de la editorial había sido elaborado por una misma persona (Laura, Cazador de Rayos, Sangre Noctámbula…).
En este caso había que coordinar a un dibujante de Argentina, un guionista español y un colorista chileno. Curiosa mezcla sin duda, y tal vez por ello ha dado el resultado final de este proyecto: un álbum que se lee de forma rápida y amena, a pesar de ser algo denso en algunos momentos.
Y todo ello gracias a la agilidad y la frescura de los diálogos de su guionista, que gracias a ellos logra dotar a cada personaje de su propia personalidad, cobrando vida viñeta a viñeta. Queríamos centrarnos en la historia de los personajes, en cómo la guerra civil les afectaba, intentando reflejar de alguna manera la manera de vivir de la época. Por ello, redujimos algo el “scope”, y nos centramos en la población de Martillo y sus habitantes.
Efectivamente, Martillo de Herejes nos cuenta de forma fría y sin muchas contemplaciones lo que sucede en un pequeño pueblo español cuando la contienda llama a sus puertas de forma inesperada, y varios camiones repletos de republicanos llegan inesperadamente para todos (incluso para los que llegan) hasta la plaza del pueblo, donde los nacionales estaban haciendo acopio de provisiones. Se desatarán entonces algunos escarceos que harán que los recién llegados tengan que refugiarse en el monasterio del pueblo, situado en lo alto de una colina. Es entonces cuando comienzan a surgir los problemas internos dentro de las filas republicanas, fruto de la desconfianza que había dentro de sus distintos miembros (anarquistas, comunistas, republicanos, brigadistas…). Además, por si fuera poco, uno de los protagonistas de la historia, el idealista y miembro de la CNT, se enamora de la hija del alcalde del pueblo, una mujer atractiva e interesante con la que debatirá sobre los principios de “la revolución”. Consideré –nos decía a este respecto Juan Gómez, guionista del álbum- que era una buena oportunidad para reflejar las diferencias sociales existentes, y como a pesar de ello podía surgir algo entre los personajes. Y es que las pequeñas dosis de filosofía sin ningún tipo de moralina con segundas apenas se notan gracias a la manera en que están introducidas en el cómic.
El problema surge cuando se tocan según que temas: Lo que la gente tiene que entender –nos decía el guionista- es que porque un personaje de la historia se pueda comportar “mal”, no quiere decir que todos los de su “bando” fueran así, no es la idea del álbum, la idea es reflejar a personas, que es en el fondo quienes llevan a cabo las guerras, y las hay siempre “buenas” y “malas” en ambos lados. Los personajes del álbum, de hecho, podrían haber nacido en el otro bando y sin duda su comportamiento hubiera sido el mismo, como es el caso de Pedro García, que aunque hubiese sido leal a las fuerzas nacionalistas en vez de miembro del PCE, hubiera seguido siendo un miserable, un chivato y un aprovechado.
A pesar de ello, las quejas y las protestas no han tardado en llegar, como nos apuntaba el propio Juan Gómez: Faltaban semanas para que saliera el álbum a la calle y ya tuvimos la primera en la frente: recibimos algunos mails diciendo que la bandera republicana de la portada era incorrecta y que no entendían cómo llevaba escudo. Lo paradójico del tema es que nos estuvimos informando ampliamente sobre el tema a la hora de ponerlo, y que a pesar de ello al final, y para evitar polémicas innecesarias, el editor optó por borrar el escudo (que, a modo de curiosidad, permanece en una de las muestras de portadas que hay dentro de los extras del álbum).
El problema de intentar contar una historia así, con tantas implicaciones políticas y emocionales de por medio, es que como intentes ser subjetivo, al final la historia acaba cabreando a todo el mundo. Ya hemos recibido mensajes –nos decía Juan Gómez- de gente acusándonos de ser de derechas, de izquierdas, de promover el anarquismo… No deja de ser curioso las distintas maneras que hay de ver un simple producto, sobre todo teniendo en cuenta el cuidado que se tuvo para evitar este tipo de cosas. Te hace pensar en lo fácil que es provocar, ya que si intentando evitarlo lo logras, no quiero saber lo que puede suceder si lo pretendes. Por su parte, el dibujante, Alessio, decía: Desde fuera, llama la atención, el que a pesar de tratarse de una cosa que finalizó hace más de 50 años, esté tan presente en la memoria reciente de mucha gente que ni siquiera incluso lo vivió.
Otro de los aspectos del álbum es la documentación que ha habido que llevar a cabo, ya que este tipo de proyectos, al final, son mirados con lupa por algunos de sus lectores. En ese aspecto hicimos una gran labor de campo –decía Alessio, el dibujante del álbum-. El guionista y el editor, sin ir más lejos, se trasladaron hasta un monasterio, lo fotografiaron y me enviaron todo el material por e-mail. Además, hemos procurado reflejar el espíritu de la época, consultando todo tipo de libros y revistas, algo que espero se refleje en el álbum. Además, el colorista, Jaime Herrera, no dudó en poner todo de su parte: Era consciente de que mi labor podía estropear el resultado final de todo el proyecto -nos decía Jaime Herrera-, por lo que fui con bastante cuidado en intentar hacerlo lo mejor posible. A pesar de ello, intenté buscar un sistema con el que intentar situar con un solo vistazo al lector en la época en la que está ambientada la historia.
Martillo de Herejes es una obra bien contada y llevada a cabo por tres personas que llegarán lejos dentro del mundo del cómic a poco que se lo propongan, y que han logrado compenetrarse bastante bien y en poco tiempo, logrando llevar a cabo una historia bastante humana, donde se intenta que los sentimientos confluyan con las ideas políticas, lo histórico con lo cotidiano, y la acción con la emoción, siendo, además, la sorpresa y lo inesperado dos de los ingredientes que destacan más en este álbum.
SKU: MARTHERE
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