Se lo ha trabajado a lo largo de este año hasta llegar a trabajar para bastantes editoriales, y algunas de bastante prestigio, en nuestro país.

Y lo ha hecho como se debe de hacer. Ofreciendo su trabajo, moviéndose, trabajando duro. Y no es fácil, no, hay muchos como él, pero la mayoría no llega, ni siquiera asoman la cabeza en este mundo de valores consolidados.

Y es que el trabajo del ilustrador es, inicialmente, formarse. Hacer ilustración tras ilustración por el simple hecho de aprender, de ser mejor, de llegar. Y eso ha de hacerse sin pretensiones, publicando donde te dejan, copiando, aprendiendo…

Recuerdo que con razón de la portada del Arte Sombrío que nos hizo, recibió un chaparrón crítico de la mano de Tomeu Morey (nuestro diseñador de cubiertas, colorista afamado en los USA para DC y Marvel) de padre y muy señor mío. Hostia va, hostia viene. Y el tipo aguantando el tipo, tomando nota. Más de uno lo hubiera mandado a la mierda o hubiera pasado. Pero él no, él siguió en la silla de la cafetería del Salón del Comic, mientras Jorge Iván y yo nos mirábamos pensando que se nos vendría abajo. Pero no, y ahí está unos meses más tarde trabajando para Timun Mas, Minotauro…

Ahora vamos a sacarle un libro de ilustraciones que ha trabajado bastante bien y que puede funcionar (aunque este tipo de productos , por lo general, parecen no tener mercado en nuestro país; pero no será porque no lo vayamos a intentar nosotros).

Le queda camino por recorrer, es joven, pero puede llegar lejos.

Me alegra haber estado ahí en esta fase de su carrera. Poder conocerle mejor en el Celsius me ha encantado. Un tipo majo, aunque del Atlético de Madrid.