Hace dos años, jueves 16 febrero 2012: Nuestro amigo Kenny.
Toca liquidar royalties del Cazador de Rayos, y por cuestiones que no vienen a cuento, le he solicitado a Kenny si de la segunda edición, de lo pendiente del tomo, en vez del 10% se podía dejar en un 9%
Y ha sido de lo más intransigente y doliente. Curiosamente, de no conocerle me lo habría tomado bastante bien, pero el caso es que le conozco y sé que se trata de esa postura profesional a la que se acogen muchos autores en su lucha contra la figura del editor (esa guerra de sexos que suelo llamarla yo).
Es una lástima. Me gusta presumir de una buena relación personal con los autores, pero en la práctica, en muchas ocasiones al final este tipo de cosas acaban con esa presunción. No es por dinero, aunque pueda parecerlo leyendo los mails, es por esa puñetera intransigencia hacia el que paga y consideran su enemigo.
Como si Norma, Planeta o Dolmen fueran lo mismo.
Ellos miran lo suyo, y nosotros se supone que lo nuestro.
Claro que puede que desde el otro lado se vea distintos: el editor a lo suyo como siempre intentando racanear 200 míseros euros cuando más los necesito.
Sea como sea, es Kenny. La próxima vez que nos veamos un buen abrazo y todo solucionado, no obstante hace ya unos 10 años que nos conocemos. Y sí, lo de ‘amigo’ del título no iba con tono sarcástico, podremos discutir como lo hacemos pero yo le sigo queriendo igual.