Realmente no envidio a todos aquellos que pasado este fin de semana que ahora llega tendrán que hacer frente a todo el trabajo acumulado de un mes, máxime con la crisis/desaceleración ya encima. Recuerdo alguna de las últimas veces en que me fui de vacaciones 15 días y mi regreso no se lo deseo ni a mi peor enemigo (no quiero saber lo que son 30 días de cosas acumuladas).

Respecto a la editorial en sí, estamos a punto de cerrar con Juan Giménez el contrato para firmar su “As de Pique”. Por increíble que parezca llevamos medio año discutiendo por el tamaño final de reproducción de la obra, con el agravante de que hemos ido acercando posturas centímetro a centímetro (el o quiere más grande y yo más pequeño). Hace unos días, le recomendé que redujera un original suyo hasta el tamaño más cercano que yo le proponía y finalmente ha accedido. Por si hay alguien que se pregunte a qué venía tal diatriba, la cuestión es bien sencilla: el autor, como corresponde, intenta siempre que su obra salga lo mejor posible –cuanto mayor posible consideraba Giménez que mejor ; el editor, un servidor en este caso, tenía dos presupuestos de la imprenta en la mano, ambos con una diferencia en tamaño de unos 3 ó 4 centímetros, y un precio final de (aproximadamente) 7000 euros uno, y 10.000 el otro. Y no están las cosas como para reproducir una obra 3 cm más grande pagando 3000 euros de diferencia.

Creo que publicar esta obra puede ser todo un acierto. De hecho, no entiendo que nadie la haya reeditado hasta el momento; el contenido de las historias es sensacional, son emotivas y enormemente entretenidas, por no hablar del dibujo de Juan Giménez que es una verdadera obra maestra, tanto por su trazo como por su narrativa.