Por lo demás, un día horrible. El teléfono no ha parado de sonar, los mails de llegar, el timbre de la puerta de sonar… Y así no hay puñetera forma de trabajar o avanzar. Acaba el día y te da la sensación de no haber hecho absolutamente nada.

Lo bueno ha sido que hemos logrado colocar una buena partida de cómics en Sudamérica y no nos vendrá nada mal el cobrarlo.

Nota histórica: Curiosamente, hoy ha sido igual pero con mails. Una avalancha absoluta. Todo el día contestando y tengo todavía unos 75 pendientes.